El caso de Luciano Cabral

Luciano Cabral debe ser uno de los mejores jugadores del campeonato. En el podio, seguro. Un futbolista por el cuál uno pagaría una entrada por verlo de jugar. Inclasificable en el terreno de juego. De esos que hacen lo que otros sueñan.

Un distinto.

No es extraño entonces que el técnico de la Roja, Ricardo Gareca, lo incluyera en la nómina larga de 55 jugadores mirando hacia la próxima Copa América. Junto con su esperada convocatoria, surgió la interrogante: ¿Debido a sus antecedentes, puede Luciano Cabral entrar a Estados Unidos?

En el 2019, Luciano Cabral fue sentenciado a nueve años de presidio por el delito de homicidio, junto a dos familiares. Pese a que siempre mantuvo su versión de inocencia, la condena llegó cuando la carrera de Cabral iba en franco ascenso. Militaba en el Atlético Parananense de Brasil y sus condiciones aventuraban un porvenir esplendoroso.

Debido a su buen comportamiento, Cabral pudo salir cumpliendo la mitad del período. Encontró en Coquimbo la posibilidad de volver a realizar lo que mejor sabe hacer, jugar muy bien a la pelota. El radar de varios clubes ya está orbitando y su juego no pasa desapercibido en la buena campaña de Coquimbo en el torneo local y con buenas prestaciones en la Sudamericana.

El problema es que la gravedad del delito y el poco tiempo transcurrido, dificultan la posibilidad de obtener la visa necesaria para entrar a Estados Unidos y jugar la Copa América. La chance no está descartada del todo, pero significaría moverse en altos niveles para conseguir la venia.

El caso Cabral nos sirve, como sociedad, para hablar de la reinserción, en tiempos en donde los discursos polares y draconianos son tentadores. En momentos en que las cadenas perpetuas parecen ser el germen más popular para sumar adherentes y ganar seguidores en redes sociales, aparece un futbolista que fue, efectivamente, condenado por un delito extremadamente grave. Que cumplió el período para poder salir en libertad condicional y que busca retornar a su oficio: ser futbolista. Para quienes no creen en las segundas oportunidades, ni menos en terceras, Cabral debería ser un nombre desechado. Sin embargo, el fútbol le está entregando una nueva oportunidad y hasta ahora parece aprovecharla.

Llamativo es que un jugador que estuvo recluido por más de un lustro, regrese a la competencia en Chile y sea uno de los mejores jugadores del torneo. Pero ese es otro debate, quizás menos importante, si lo comparamos con la posibilidad de ser testigos de un caso real de reinserción. Semana a semana. Domingo a domingo.