El objetivo
¿El objetivo de todos los equipos de fútbol es ser campeón? No. El discurso tribunero, grandilocuente, altoparlante, dirá que sí, que ganar es lo único que importa, que ser segundo es perder, es fracasar, que el escolta inmediato no es otra cosa que el líder de los perdedores. Pero la realidad concreta, la que evalúa razones, criterios, comportamientos y realidades, demuestra que no es así. Es más, ganar no es exigencia para nadie. “Si llegas a este equipo estás obligado a salir campeón”. Suena bonito, pero no es así. Nadie está obligado a ganar. Puede tener mejores condiciones para conseguirlo, presupuestos abultados, jugadores de excelencia, pero obligado no está nadie.
Ningún equipo o selección ha ganado más de lo que ha perdido. Ningún entrenador tiene más títulos ganados que los no conseguidos. Ningún jugador ha dado más vueltas olímpicas de las que ha sido testigo.
En un deporte competitivo todos quieren ganar. Los que juegan con tres delanteros y los que atacan de contra; los que buscan la posesión y el control y también los que optan por el ataque directo. Los que juegan con línea de cuatro en el fondo o los que disponen tres o cinco. Todos quieren ganar. Pero en la carrera larga no todos compiten en igualdad de condiciones. Como en la sociedad, la cancha no es pareja para todos. Ergo, los objetivos son diferentes.
En el torneo local sería bueno analizar cómo se armaron los equipos a comienzos de temporada y cuando esta termine evaluar si los objetivos se cumplieron. Muchos de ellos fueron variando a mitad de camino y eso condiciona el análisis. La UC se armó para pelear por el título y tras un pésimo arranque sus objetivos han ido variando a conseguir un pasaporte a un torneo internacional. Por plantel el balance final seguramente arrojará un déficit, amortiguado por fabulosos años anteriores.
Curicó se armó para no pasar zozobras. En el receso no pudo sumar ningún refuerzo. Y hasta ahora cumple la mejor campaña en sus 49 años de existencia. ¿El objetivo de los albirrojos era salir campeón? No. Ni siquiera pelear por la Libertadores. Lo exhibido hasta ahora, independiente del final de la historia, es muchísimo más de los objetivos planteados.
Universidad de Chile es difícil de analizar. Por historia y prestigio, la U debería estar peleando el campeonato, pero cuando se armó esta plantilla de inmediato se encendieron las alertas de lo disparejo que era el grupo, la falta de variantes y el poco peso de los refuerzos. Pero las autoridades de aquel tiempo aseguraron que la U tenía un equipo para pelear la corona. A tres del final ha logrado remontar con Sebastián Miranda, pero está lejos del protagonismo.
Por eso cobra fuerza lo de Colo Colo. Porque el equipo de Quinteros se armó pensando en volver a pelear la corona, como lo hizo la temporada anterior. Y no ha bajado en intensidad en todo el torneo. Ha perdido muy poco, es el que más ha ganado, el que ha anotado más goles, la valla menos vulnerada y puntero casi de principio a fin. No consiguió dar la vuelta olímpica ante Curicó, pero es cuestión de tiempo para que la matemática confirme lo que ya dice el rendimiento. Que serán los campeones.
Ganar suele ser una consecuencia, no una obligación. Curiosamente quienes lo entienden son, precisamente, los que más ganan, aunque no den siempre la vuelta olímpica a fin de año.