El regreso de los dorados

Dicen que Ricardo Gareca podría llamar a la selección a algunos jugadores de la generación dorada. Mientras no se entregue la nómina, no pasa de ser un trascendido. Un rumor. El entrenador ha dicho en reiteradas ocasiones que las puertas de La Roja no están cerradas para nadie, pero obviamente una convocatoria con jugadores que tenían lejos de su consideración, en un momento de máxima urgencia, se vería como un manotazo propio de quien busca aferrarse a una última tabla de salvación.

Chile fue goleado en Colombia y más allá del remezón inicial, pareciera que no pasó mucho. Gareca, que después del partido parecía abatido, desconsolado, el viernes aseguró que estaba fuerte, claro en los conceptos, convencido de poder sacar adelante la empinada tarea de clasificar al Mundial.

La dirigencia nacional, que tras el duelo contra Colombia admitía que era urgente una reunión con el técnico, transformó esa charla en una conversación telefónica, todo antes de un viaje planificado por el seleccionador a Argentina, que a todas luces parece inoportuno.

La calma y la mesura del técnico siempre ha sido motivo de alabanzas. Un tipo grande, de fútbol, que sabe de buenos resultados y malas campañas. Pero el contenido de sus últimas declaraciones parece no corresponder a un equipo que necesita resultados inmediatos.

Más allá de que no exista un ultimátum explícito, es un hecho que el proceso de Gareca es difícil de sostener si la Roja no suma al menos cuatro puntos de los próximos seis.

Chile está tan lejos y contrariado, que aferrarse a los números sirve para cuadrar la esperanza. ¿Llamará Gareca a otros jugadores de la generación dorada? Más bien parece un golpe de efecto que una convicción. Como casi todo lo que rodea a la selección chilena.