El techo de Quinteros

Gustavo Quinteros dijo que los equipos alcanzaban la cima de su rendimiento orbitando las fechas 10 y 15 de los torneos que juegan. El técnico de Colo Colo precisó que ese período ya había transcurrido y a sus dirigidos no les alcanzó para seguir en torneos internacionales. El Cacique ya tocó techo, según su propio DT.

Más allá de las opiniones particulares, de compartir o no el diagnóstico, la sentencia de Quinteros no agradó al interior de Colo Colo. Ni en el plano directivo ni tampoco entre los jugadores. Se le consideró una coartada en caso de no ser campeón, una excusa demasiado anticipada cuando aún resta un tercio del campeonato y los albos tienen plantel para pelear, tranquilamente, en la liga local. Quinteros es un entrenador de capacidad probada. Fue campeón con la Universidad Católica, salvó a Colo Colo del descenso, peleó el siguiente torneo y luego dio la vuelta olímpica. Pero sus lamentaciones son parte del paisaje: que no le llegan los refuerzos necesarios, que el plantel tiene sólo reemplazos y sustitutos, que los jueces los perjudican, que las programaciones son desniveladas y ahora que sus jugadores ya tocaron techo. A veces, no pocas, el técnico tiene razón en alguna de sus quejas. Pero uno se pregunta, si esto le pasa al entrenador del Cacique, qué queda para el resto.

Es vivo Quinteros. Lo sabe. De la escuela argentina que ejerce presión, a veces con sutileza, en otras de manera explícita. Su discurso es la defensa de una causa ganada: si los resultados se dan, fue pese a todos estos inconvenientes que él planteó. Si no se dan, él ya se había anticipado a la jugada, así que la responsabilidad debe ser enfocada en otro lado.

Razones tiene Quinteros para protestar por el armado del plantel de este año. El mercado de fichajes de los albos fue escuálido y con resultados discretos. La salida de algunos futbolistas muy encima del inicio de las competencias los dejó sin margen para salir a buscar reemplazos del mismo nivel. Pero eso se sabía. Y un entrenador con oficio, como el propio Quinteros, sabe navegar entre marejadas.

No tiene muchas alternativas en los laterales. Al equipo le falta gol y ninguno de los centro-delanteros ha respondido con cabalidad. Damián Pizarro es una buena noticia, pero debe afinar la puntería. Tiene potencial para ser un jugador distinto. Darío Lezcano, cortado sin remedio. Leandro Benegas es otro tipo de atacante, mucho más luchador.

Este año Colo Colo tiene jugadores y plantel para pelear el campeonato y la Copa Chile. Pero es labor de la dirigencia pensar ya el 2024. Partiendo por si quiere mantener a su entrenador. Y si Quinteros quiere continuar.