El tesoro de la U
Los clásicos son partidos aparte, no importa cómo vayan los equipos en la tabla de posiciones y no se juegan, se ganan. Blablabá, como que ya nos hemos acostumbrado a toda esa basura, pero confiemos y creamos que no todo está perdido. Que sí se pueden generar espacios de discusión futbolística genuinos y conversemos sobre el juego, en ‘chileno’ por supuesto y no con modismos idiotas importados de Sudamérica. Con mayor razón en la antesala de otro de los partidos importantes del país.
No es tan difícil que la U pueda derrotar o al menos obtener un resultado favorable ante la UC este sábado en el Nacional. Claro, existe una disparidad en cuanto al funcionamiento futbolístico, pero no es tanto. Sucede que los cruzados dejaron una mejor sensación de juego, tras su clasificación a cuartos de final en la Copa Chile. Sin embargo, el equipo sigue con los tambaleos: es monotemático e improductivo por largos pasajes en ataque y cuando atacan a los defensas no es solo una, sino que son varias las acciones de finalización que se genera el rival.
Puede parecer una locura, pero en los últimos cuatro años quizás esta sea la ocasión propicia para que los azules puedan disfrutar una gran alegría en medio de las malas campañas. El equipo de Diego López pasó de jugar mal a no jugar bien. Es un avance mínimo y seguramente lo peor es que la propuesta del DT uruguayo es gris. No vende la pomada con salir jugando y los encadenamientos posteriores de pases para llegar al área penal oponente. Dentro de todo lo malo, se agradece que el charrúa no traté de engañar con declaraciones altisonantes, con conceptos poco entendibles. Da la sensación de que se resigna a la realidad, pero esto no afecta su interés por modificarla. En medio de la crisis permanente, puede ser una fortaleza insospechada.
El principal capital con que cuenta la U para imponerse en el Clásico son sus jugadores jóvenes. Ojo, no todos. Hay dos que, si no pasa nada, van derecho a convertirse en cracks en el mediano plazo. López, siempre en la cancha desde el primer minuto tienen que estar Darío Osorio y Lucas Assadi. Son distintos, funcionan en una dinámica superior. Cuando la pelota les llega y, si están bien, el desarrollo del juego adquiere otro tono, una espesura mayor, que solo los realmente capaces pueden generar.
Osorio exhibe más continuidad. Todavía es un jugador de momentos y con eso le alcanza para desequilibrar en ofensiva. Paulatinamente, va quedando atrás la sensación de que se encuentra fuera de puesto situado allá en la orilla como puntero derecho. Le está tomando el pulso a la funcionalidad, no tiene problemas para resolver con acciones de dribling, tiene velocidad y, por ahora, el tiro de media distancia es su principal fortaleza. De repente, resurge la sensación de que, con el zurdo ubicado más al centro, la operatividad sería mejor en los azules. Hay que tener paciencia, va en progresión y si logra más continuidad de rendimiento, será sin duda el gran legado de López en la U.
Assadi es un volante ofensivo de conducción permanente y desplazamientos en línea recta hacia el área penal oponente. El balón es parte de sí cuando interviene, va junto con él, jamás se le aleja. Contar con un jugador así en la zona ofensiva puede ser un factor de potencial colectivo incontrarrestable. ¿Si fuera tan bueno, por qué entonces no trasciende en mayor medida? Calma, al igual que Osorio está recién partiendo y ambos talentos lo hacen en el peor contexto posible, con un grande bajo riesgo de descender. Es lo menos ideal, pero esto los puede hacer crecer mucho más rápido.
Cristóbal Campos, Daniel Navarrete, Bastián Tapia, Marcelo Morales, José Castro, Mauricio Morales, Agustín Arce y Cristóbal Muñoz son el otro tesoro de la U. Junto a Osorio y Assadi conforman una camada de 10 jugadores de proyección en diversa medida. Es casi un equipo completo y cualquier club quisiera contar con ese capital. ¿Por qué el Clásico de este sábado no puede ser una instancia de lujo para que continúe la evolución de los canteranos y así tengan una alegría en medio de tiempos decepcionantes?