El vuelo infinito de Tiane y Cornez
La mañana del sábado la noticia nos remeció con fuerza, aunque debemos admitir que no nos sorprendió. Producto de un cáncer fallecía Marco Cornez, legendario arquero del fútbol chileno, campeón con la Universidad Católica, gran figura en Palestino y seleccionado chileno por más de un década. Esa misma tarde de sábado, se abrió un capítulo grande en la historia del fútbol chileno, Christiane Endler se consagraba campeona de la Champions atajando por el Olympique de Lyon.
Ambas historias se cruzaron hace muchos años y ese destino impredecible indescifrable, misterioso y oportuno, hizo que se cruzaran otra vez en el último adiós de uno y la cima alcanzada por su pupila aventajada.
Catorce años tenía la Tiane cuando su colegio fue invitado a jugar un amistoso contra la selección femenina sub 17. Endler hizo un gran partido, pero a diferencia de lo que hoy todos saben, no lo hizo defendiendo el arco. Jugaba de carrilera izquierda. Su nivel fue tan alto que el técnico del combinado nacional, Nibaldo Rubio, la invitó a participar en las prácticas de la Selección. Es decir, el primer equipo de Tiane Endler fue la Roja. Ya en los entrenamientos, Marco Cornez, preparador de las arqueras, vio en ella condiciones naturales para el puesto. Muy espigada, ágil, buen juego con los pies, visión de campo, liderazgo. La invitó a probar suerte en la portería y Tiane aceptó. El resto es historia conocida.
Quizás nos ha pasado a todos y todas. Nos cruzamos con alguien que nos cambia la vida, sin quererlo. Alguien que nos enseña cuál es el camino correcto y no siempre lo entendemos. Un faro, un derrotero que marcará nuestra ruta para siempre. Una profesora que te dijo que no te rindieras, un pariente que deposita fe en ti sin esperar recompensas, un entrenador que te sugirió ponerte los guantes y jugar al arco.
Con la medalla colgada al cuello, con la Champions entre las manos, Tiane Endler tuvo tiempo para recordar a Marco Cornez. “Me cambió la vida”, dijo la mejor arquera del mundo a los micrófonos de ADN, cuando mucha gente estaba feliz por su victoria y otros tantos estaban tristes por la partida del legendario portero.
Seguramente Cornez descansa un poco más en paz al ver a su discípula logrando triunfos inéditos. Y Tiane Endler demuestra, una vez más, que es demasiado grande. Y no sólo por lo que ataja.