La buena prensa de Paqui
La U juega una apuesta al contratar un técnico joven que no ha tenido experiencia como entrenador titular en equipos grandes. Ese es un hecho.

Muchos dicen que Francisco Meneghini, Paqui, el flamante entrenador de la Universidad de Chile, tiene buena prensa.
¿Qué significa tener buena prensa?
Es una de esas frases propias del dialecto futbolero que contiene una carga negativa, lo que es altamente llamativo. Se menciona con ironía, con una carga de sarcasmo. Se dice que alguien tiene buena prensa cuando no ha mostrado los méritos suficientes para un cargo o destinación. Supone esta frase que la prensa tiene tal grado de poder que desnivela la balanza de las competencias y que la simpatía que despierta esta persona genera un consenso mediático que los instala en un lugar de mayor privilegio.
¿En serio?
¿En serio la prensa es tan relevante?
Si así fuera el caso, contratar a un profesional sólo por la “buena prensa”, habla muy mal de sus empleadores, que se dejan llevar por el ruido mediático.
¿O sea, la prensa, que no sabe nada de nada, es capaz de poner un entrenador? Algo no cuaja en esta ecuación.
Detengámonos en el caso específico de Meneghini. La Universidad de Chile juega una apuesta al contratar a un técnico joven que no ha tenido experiencia como entrenador titular en equipos grandes. Ese es un hecho. También es un hecho que tiene la experiencia de haber trabajado en importantes cuerpos técnicos, con experiencias mundialistas incluidas, ejerciendo diferentes roles. También es un hecho que en lo numérico sus campañas han sido aceptables, no extraordinarias, viviendo su mejor presente. Su último club, O’Higgins de Rancagua, terminó tercero, con un presupuesto mucho más bajo que los denominados grandes y siendo el equipo que más jóvenes alineó en cancha.
Pero se dice que Paqui Meneghini tiene buena prensa porque se destaca su seriedad, que no se mueve en extremos, no descalifica a los rivales, no cree en partidos de vida o muerte. Meneghini tiene buena prensa no porque los periodistas hablen bien de él: son los jugadores que ha dirigido quienes lo describen como un profesional competente. ¿Eso te garantiza ser campeón? No. Pero te garantiza un estándar de decencia que siempre es bienvenida.
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