La enseñanza de un crack que volvió a Chile
En Universidad de Chile están felices antes de enfrentar a Colo Colo por el Superclásico. Charles Aránguiz fue presentado en el CDA y es la mejor manera de afrontar uno de los partidos más importantes del año. Antes, los azules jugaron mejor contra Copiapó, merecieron ampliamente el triunfo y, lo más importante, recuperaron el liderato de la tabla de posiciones del Campeonato Nacional. Luego, aseguraron la vuelta de otro de los ídolos del club y solo les faltaría lograr un triunfo en el Nacional para una semana espléndida.
Dos versiones circularon en torno a cómo la U iba a presentar a Aránguiz. En un momento, decían que iba a ser durante el entretiempo ante los copiapinos, aprovechando la alta presencia de público en el Nacional para darle el marco perfecto a la vuelta de uno de los grandes de la historia reciente del club. No pasó nada el domingo y la versión más potente fue que Aránguiz deseaba algo más sobrio. Por su forma de manejarse en toda su carrera, es muy probable que así finalmente haya ocurrido.
El mediocampista de la U estuvo una década en el exterior y perdimos el contacto semanal con él. No sé si se nos olvidó que el principio central de su trayectoria es la sencillez. Por su regreso al club y en la antesala de otro Superclásico, Aránguiz podría haber dejado una serie de frases para la galería, pero fue todo lo contrario. Tiene currículum de sobra -no solo en la U- para haber dicho lo que se le hubiera cantado y no lo hizo. Genuinamente, sin estar actuando ni tratando de engañar a muchos.
Incluso tuvo la posibilidad para haber puesto a la U por sobre los clubes en que actuó y los dejó a todos en un mismo nivel de importancia. El escenario estaba dado para un gran frase populista, pero puso calma. Cuando le hablaron de la Roja, también se descartó de inmediato y dio énfasis en que hubiera más oportunidades para los que van recién apareciendo. No está para la alta exigencia de la Selección, menos en las Eliminatorias, y es quien tiene el panorama más claro.
Hay dudas claras y fundamentadas en torno a cómo será la segunda etapa de Aránguiz en la U. Desde Brasil llegó la información -supuestamente filtrada desde el cuerpo médico de Inter de Porto Alegre- de que sufre un dolencia crónica en los tobillos, que le impedía lograr la continuidad competitiva requerida. El nivel de exigencia acá no tiene nada qué ver con el Brasileirao y esto le dará más chances para ser el aporte que esperan los hinchas. No va ser fácil, demandará tiempo y paciencia. Los que esperan al volante que se fue a Brasil en 2013 están totalmente perdidos.
Aránguiz pudo darse el gusto que hubiera querido en su vuelta a Chile, poniendo de relieve su gran trayectoria, su prestigio indudable en la U y el rol que a priori le asignamos para liderar el plantel, incluso por sobre Marcelo Díaz. Ni cerca anduvo de eso, una muestra de la templanza para el fútbol chileno.