La figura más anhelada en la Roja

Diego Valdés fue el mejor hombre de la Selección en la importante victoria ante Perú. Costó, pero al final Chile terminó imponiéndose ante un rival que a los 10 minutos ya empezó a demorar las acciones para que el partido se fuera yendo sin que pasara nada. El mediocampista del América de México también anotó el primer tanto y resultó clave porque en la parte inicial del segundo tiempo la Roja no fue el conjunto de la fracción inicial. Antes, sí le costó entrar en marcha, sobre todo en la fase final de la construcción de juego para generar acciones de finalización, pero cuando funcionaron mejor los delanteros, el local tuvo tres o cuatro situaciones claras para convertir. Si al descanso Chile se iba con un 2-0 parcial, no hubiera sido ninguna cosa extraña.

Uno de los logros que está exhibiendo Eduardo Berizzo en la escuadra nacional tiene que ver precisamente con Valdés. Tras el partido contra Uruguay, y a pesar de que todo terminó en otra derrota inapelable, ya quedó el gusto de que el ex Audax Italiano va logrando una presencia distinta en la Roja. Ante Colombia, la percepción se profundizó hasta la noche de este jueves frente a los peruanos en el Monumental. El mérito del DT es que lo ha hecho con el volante en una función inédita, muy diferente a lo que había realizado antes en la Selección y también en México.

La única flexibilidad posicional que ha mostrado Berizzo, en las tres fechas que van de las Eliminatorias, se observó ante Perú. La variante táctica se concretó en la zona media, pasando de dos volantes centrales y un mediapunta a una organización con un ‘6′ (Erick Pulgar) y dos mediocampistas mixtos o interiores (Rodrigo Echeverría y Víctor Méndez). Duró poco, porque en el complemento, este último abiertamente se posicionó más adelante en la cancha, cerca de Alexis Sánchez y respaldado por una dupla de volante centrales. El DT ha tenido margen para ubicar a Valdés en su lugar natural, como mediapunta o ‘10′, pero algo vio que ha insistido con el hombre del América de México como extremo o puntero derecho.

No en una funcionalidad clásica, bien pegado a la línea de banda y aportando principalmente profundidad. Es en una versión moderna, como un ‘7′ de juego, con amplia facultad asociativa y libertad para centralizarse en la construcción de juego. Contra Perú, por momentos, dio la sensación de que era un volante más, cruzando incluso hasta la zona opuesta por detrás de Sánchez y Ben Brereton. Sin embargo, en la fase defensiva recorrió los metros necesarios para colaborar en la recuperación del balón por delante del lateral derecho (primero Matías Catalán, luego Paulo Díaz y finalmente Matías Fernández).

Como ya lleva varios años en México, un rasgo de juego de Valdés ha vuelto a quedar en cuenta. Del plantel de la Roja, es uno de los hombres con mejor juego aéreo. Solo lo supera en este plano Paulo Díaz pero, por la naturaleza de la función del central de River Plate, está más en la retina de todos. El mediocampista gana siempre en los duelos, cuando el balón viaja desde la última línea. Sus cabezazos son dirigidos y eso es lo mejor, dando pie a una segunda jugada en la ofensiva para que la pelota no regrese de vuelta hacia el sector de la Roja.

Todo lo otro que aporta Valdés es conocido. Su fuerte es la generación de asociaciones que permiten avances y la utilización del tiro como un elemento ofensivo robusto. Además, posee intención de gol, ingresa al área penal siempre, se convierte en un atacante, llegando en la segunda línea ofensiva o como el otro ‘9′ en disposición horizontal cuando el centro viene desde el lado opuesto. Esto sería vital en el extenso recorrido por las Eliminatorias. Hasta ahora, la capacidad de conversión es baja en la Roja y contar con un volante que actúa de extremo o puntero y anota regularmente puede ser una solución. Contra Uruguay participó en el descuento de Arturo Vidal, ante Colombia tuvo una chance clara de gol y, antes del 1-0 a Perú, también estuvo muy cerca de anotar.

La gran incógnita previa era qué pasaba con Valdés en la Selección que no lograba con regularidad trasladar al juego lo muy bueno que por años ha hecho en la liga mexicana. Es el ‘10′ del América, el club más grande y popular del país, y desde tan lejos en el extremo de Sudamérica no se dimensiona la trascendencia que esto tiene. La espera fue larga y había ansias por un buen desempeño constante del ex Audax italiano. Parece que se encamina a ser la figura que todos aguardan.