La peor bienvenida a Brereton
Si fue un error dejar Inglaterra para partir a España, solo se sabrá una vez que termine la temporada, a fines de mayo de 2024. Estaba claro que la inserción de Ben Brereton en Villarreal no iba a ser fácil, porque pasar del Championship al torneo donde Real Madrid y Barcelona dictan pauta es un proceso con sus particularidades. Como todo el viejo continente también la segunda categoría inglesa se ha abierto a las formas modernas y ofensivas del juego de posesión de balón, pero ahí todavía prevalecen algunos elementos constitutivo del ADN británico (continuidad de centros; ataques veloces, simples y profundos; prevalencia circunstancial de la fuerza sobre la inspiración o creatividad).
En la división no hubo un Pep Guardiola ni un Roberto de Zerbi (DT del Brighton), que empujara todo hacia contenidos más estéticos, y el Championship sigue emparentado aún con la esencia del fútbol británico. Solo existió un break con el Leeds de Marcelo Bielsa en cuanto a los énfasis en la posesión de balón, la unión de las tres líneas del equipo mediante la circulación de la pelota y el ataque por todos los flancos del bloque superior. Sin embargo, la dinámica y el Todos atacan y todos defienden prevalecen en la propuesta del actual DT de Uruguay, así que emparentarlo con Guardiola y De Zerbi es un error. Desde ese contexto, Brereton cayó a un conjunto donde el pase, el toque y las habilitaciones no se transan. La sensación, a veces, es que el gol en la portería rival no valiera si antes no hubo una docena de combinaciones.
Cuando iba a terminara su contrato con el Blackburn Rovers, ya había llamado la atención que el chileno emigraría al fútbol español y en particular a Villarreal. Si era uno de los jugadores destacados del Championship, lo más sensato era que diera el paso más elevado hacia la Premier League. De todos los clubes con los que lo vincularon, el que más se repitió fue West Ham. El escocés Davis Moyes conduce a los londinenses. Es un DT puramente británico que se ha abierto a las formas modernas de juego (posesión, salida construida y valor ponderado al ataque), pero conserva esa forma de las islas de sentir e interpretar el juego. Brereton habría caído parado ahí.
Ya no fue y lo que tiene que hacer ahora es enfocarse en dar vuelta la situación. Su principal aliado es el tiempo, porque recién suma un par de meses inserto en formas de entrenamiento parecidas, pero con otros énfasis en variantes del juego. Lo mismo acontece en las instancias competitivas. No debe desesperarse ni volverse loco, recién van siete fechas en la liga y un partido en la Europa League. Una de las cosas que impresionó en su desembarco en la Roja fue su alta capacidad receptiva. Al verlo en el debut en la Copa América de Brasil, pensamos que le iba a costar funcionar en una propuesta con otros valores de juego. A los pocos partidos se consolidó como titular y si pensamos que el delantero era solo correr y darle para adelante nomás, afortunadamente nos equivocamos en pleno.
Al llegar diciembre, y si el panorama no cambia, lo más seguro es que empiecen las especulaciones sobre una salida de Brereton en el próximo mercado de pases de invierno en Europa. La única opción valorable en ese sentido sería un posible retorno a Inglaterra y ojalá a la Premier. Sí, puede encajar perfectamente en un cuadro medio de la competencia. Cualquier otra posibilidad no tendría ningún asidero para su evolución futbolística. Además, el equipo del chileno anda ahí nomás, ya se fue el DT Quique Setién, ahora llegó Pacheta y la cosa no cambia. Todavía tiene casi un año por delante, oportunidades se le van a presentar.