La peor decisión en Colo Colo: echar a Almirón
¿Qué van a hacer después? ¿Dónde van a encontrar un DT cabal para cambiar el rumbo? Sí, claro, el plantel está por el suelo, pero los jugadores también deben poner lo suyo.


El ciclo de Jorge Almirón al mando de Colo Colo pende de un hilo. Los albos cayeron categóricamente contra Racing, por la Copa Libertadores, quedando eliminados del certamen. Como ya no tienen chances de acceder al tercer puesto del Grupo E, también dilapidaron la posibilidad de disputar los playoffs de la Sudamericana. La crisis es muy fuerte en el Monumental, porque además el Cacique ya había dejado en evidencia sus disfuncionalidades futbolísticas el viernes pasado. Perdió ante Limache y sorpresivamente se despidió también de la etapa siguiente de la Copa Chile.
La continuidad de Almirón en la conducción del plantel se encuentre en fuerte entredicho. La brecha de desempeño es muy grande. En el año del centenario del club, al menos esperaban disputar los octavos de final de la Libertadores y daban por hecho ir avanzando en la Copa Chile. Para contar con la chance de ganar otro torneo al margen de todo lo que pudiera suceder en el Campeonato Nacional, porque la U sigue mostrando un funcionamiento consolidado. Además, da luces por momentos de ir agregando nuevas fortalezas a su modelo de juego.
Lo peor que pueden hacer en Colo Colo es echar a Almirón. ¿Qué van a hacer después? ¿Dónde van a encontrar un DT cabal para cambiar el rumbo? Sí, claro, el plantel está por el suelo, pero los jugadores también deben poner lo suyo para que las cosas se modifiquen. El argentino armó el plantel y ha intentando otorgarle una fisonomía futbolística, interviniendo a fondo en todos los entrenamientos y también en las actividades fuera de la cancha. Tiene el control absoluto de lo que pasa con los jugadores. Es el único con el background necesario para identificar las falencias e implementar las mejoras indispensable ahora para la crisis.
Eso sí, el DT tiene que cambiar varias cosas si realmente aspira a la solución. En 2024, Colo Colo logró el título nacional, pero el mejor equipo fue la U en cuanto a funcionamiento y propuesta atractiva de juego. Esto no fue ningún problema en el Monumental, porque allí y a sus hinchas lo único que les importa es ganar o el triunfo. No hay espacio para profundizar en líneas de acción en la cancha, estilos de conducción desde la banca o en más o menos merecimientos para terminar celebrando tras cada partido o al cierre de uno u otro torneo. El único valor es la victoria, nada más.
Con Boca Juniors, Almirón llegó a la final de la Libertadores con un juego algo gris y especulativo, aunque muy ganador. Por lo tanto, la forma colectiva en la cancha no va a cambiar, pero existen dos áreas en las que debe intervenir de inmediato: la formación y el sistema de juego. El DT no puede seguir haciendo lo que ha realizado hasta el momento, pues el margen de insistencia ya colapsó.
La organización en la cancha debe ser otra, distinta al 1-3-5-2 y al 1-4-3-3 que ya no funcionaron. ¿Por qué no un esquema 1-4-4-2 o el 1-4-4-1-1? Parece amarrete y poco creativo, no acorde con la grandeza de Colo Colo a nivel local, pero la situación es muy mala. La idea puede ser fortalecerse defensivamente, sin grandes grandes aspiraciones de atacar mucho y, cuando esto ocurra, hacerlo con eficacia.
Lo otro -y quizás sea los más importante- es el cambio radical en la formación. Varios niveles individuales son bajos, incluso desde inicios de 2025. Tienen que aparecer los que no han tenido actividad en lo que va de la temporada. ¿Asoma muy descabellado un doble ’6′ con Tomás Alarcón y Víctor Méndez? ¿Por qué no un bloque defensivo con Fernando de Paul en el arco y Jonathan Villagra y Daniel Gutiérrez en zaga? También atreverse con Cristián Zavala y Alexander Oroz en la línea ofensiva. No pueden seguir jugando los mismos de siempre. Varias cosas tienen que cambiar en Colo Colo, pero hoy la mejor solución no es que se vaya el DT.