Los enemigos de Tiago
Tiago Nunes ha hecho un trabajo fabuloso en la Universidad Católica desde su arribo. Tomó un equipo carente de confianza y juego asociado y le otorgó ambas cualidades, primero a través de los resultados y luego buscando una fisonomía que le permite estar peleando arriba en el campeonato, ganarle el clásico a la Universidad de Chile hace un rato y recuperar futbolistas que estaban a la deriva.
Por eso llama la atención que el técnico brasileño comience a instalar temas que están fuera de su radio de acción, que comience a ver enemigos donde no los hay, confabulaciones externas y saque la pelota de la cancha, en momentos en que es uno de los principales animadores del torneo.
Derecho tiene Tiago Nunes, como todos, a decir lo que piensa respecto a la estructura del torneo, la dinámica de los arbitrajes y el desarrollo de la competición. Razón tiene Tiago en establecer que este es un torneo donde hay más de dos equipos, aparte de Colo Colo y la Universidad de Chile. Lo extraño es que enarbole ciertas banderas, que insinúan una persecución, cuando dirige a un equipo grande en Chile, que con seguridad estará en la discusión por levantar la corona.
El que desenfocó la conversación fue el propio técnico brasileño, en una extraña conferencia de prensa donde no aceptó preguntas sobre cualquier otro tema que no fuese sus dudas respecto a la diferencia de criterios de los jueces. Si enumeramos errores de los árbitros, vamos a encontrar yerros en favor y en contra de todos los equipos. Criticar el rendimiento de los jueces es válido en una competencia. Pero también puede interpretarse como una forma de presión en momentos claves del campeonato.
Lo extraño de la posición de Nunes es que tras el partido contra Everton aseguró, molesto, que sólo habla de temas futbolísticos y no quiere sacar la pelota del rectángulo, porque eso es farándula y busca likes. Tres días antes, fue el propio técnico quien sacó el balón de la cancha y no quiso entrar al debate futbolero, donde suele entregar conceptos muy valiosos y que aportan al certamen.
La historia del fútbol mundial demuestra que las persecuciones no afectan precisamente a los equipos grandes. La pregunta es, ¿si persiguen a los grandes, que quedaría para los chicos o menos poderosos?
Revisando el archivo, Tiago hizo algo parecido en Sporting Cristal, también en Atlético Paranaense, dos estaciones donde supo sacar rendimiento y resultados. Es parte del proceso, es parte del modo. La Universidad Católica es serio candidato al título. Perder el foco sería un gol en contra. O lo que es peor, un autogol, si la mirada extraviada viene desde el banco.