Nada que festejar
La U clasificó, pero no ganó. En una masacre nadie gana. En una tragedia no hay vencedores. En una barbarie sólo los violentos sacan ventajas.
La Universidad de Chile accedió a la siguiente fase de la Copa Sudamericana según dictaminó la Conmebol a través de un fallo conocido de manera provisorio el pasado jueves. Aún restan los fundamentos del fallo para comprender en detalle por qué se descalificó de la competencia a Independiente, por qué la U fue multado por un monto económico superior al cuadro argentino y por qué se estimó como justo que ambos clubes tuvieran una sanción de jugar a puertas cerradas por siete partidos como local y siete como forasteros.
La U clasificó, pero no ganó. En una masacre nadie gana. En una tragedia no hay vencedores. En una barbarie sólo los violentos sacan ventajas pequeñas y saltan a protestar porque sus violentos eran menos violentos que el rival.
Una vez conocido el dictamen de la Conmebol (organismo extremadamente cuestionado y que no tiene el carácter del Tribunal de La Haya precisamente), llama la atención ciertas lecturas que se han realizado tanto en Chile como en Argentina. Al otro lado de la Cordillera ha sido extremadamente llamativo el desconocimiento total del reglamento que rige los torneos continentales. La mayor parte de los medios trasandinos trataron de escandaloso el fallo y propusieron soluciones ajenas al reglamento, impracticables, que jamás se han llevado a cabo porque simplemente no están en las bases de los campeonatos. Podemos criticar el reglamento, sin duda. Podemos estar de acuerdo que la norma es anacrónica, puede ser. Pero al menos hay que saberse el reglamento para criticarlo. Y en Argentina (medio al cual muchos le prenden velas), muchos no se saben el reglamento. Pruebas a la vista.
La U sabe que está bajo la lupa y debe moverse con prudencia al respecto. En la tragedia de Avellaneda, hubo un importante grupo de hinchas azules que protagonizaron graves incidentes desde antes del partido. Buscar el origen para convertirlo en una justificación de lo que vino después fue parte de la espantosa estrategia de Independiente. Ese camino no debe tomarlo la U ni nadie. La defensa del equipo más ganador en la historia de la Libertadores fue “ellos empezaron primero”. Jurídicamente eso no es parte de la sanción. “Mis violentos reaccionaron con violencia porque tus violentos empezaron primero”. Pésimo argumento, éticamente reprobable, jurídicamente inexistente.
La U no puede hacer vista gorda a todo esto. El fallo de la Conmebol le da una oportunidad futbolística. Puede apelar a la sanción económica y a jugar sin público, pero no puede argumentar inocencia total, porque en este caso no cabe. Debe ver esto como un punto de partida para reorganizar un criterio que hace rato está desbandado. Porque un acto más de violencia le puede costar aún más caro.
Noticias relacionadas
Se busca DT
Nadie gana en una tragedia, pero todos pueden aprender de ella. Ojalá Universidad de Chile lo haga, mientras Independiente, sí, ese mismo que ganó la Copa Libertadores del 73 con las armas que todos sabemos, sigue esgrimiendo que ganaron los violentos la noche del 20 de agosto en Avellaneda.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí