Ninguneo

“Coquimbo salió campeón porque Colo Colo y la U no estuvieron en la pelea”.

Falso. Cada vez que un equipo sale campeón, obviamente hay varios que se bajan de la pelea por el título. Pero las cifras de Coquimbo son superlativas. Ha ganado 21 partidos, 15 de ellos de manera consecutiva, ha recibido 13 goles, empató cinco duelos y perdió solamente uno. Con este porcentaje de rendimiento habría sido campeón en todos los campeonatos del fútbol chileno desde 1933 a la fecha. Todos. Sin excepción.

“Lo importante es ver cómo le va el próximo año en torneos internacionales”.

Se le pide, casi se le exige, con una envidia que se escanea en cada letra de esta sentencia, que los Piratas cumplan una campaña internacional que casi nadie ha cumplido en el fútbol nacional en las últimas décadas. Se le pide, casi se le exige, a un equipo que sale campeón por primera vez en su historia, que llegue de golpe a la escena internacional y la rompa inmediatamente. Como referencia, el último campeón del fútbol chileno terminó último en su grupo de Copa Libertadores y no tuvo acceso ni siquiera al repechaje de la Sudamericana.

“Vamos a ver cómo le va el próximo año, seguro pelea el descenso”.

Más que un análisis, parece casi una expresión de deseo de los escoltas o secundarios de este torneo. La realidad de los equipos de provincia es diferente. Los presupuestos son mucho más acotados, la permanencia de un equipo en los lugares altos de la tabla depende de muchos factores. Hay pocos clubes que han alcanzado torneos consecutivos a lo largo de la historia (Magallanes inicial, el Ballet, Colo Colo de Benítez, la U de los 90, Colo Colo de Borghi, la U de Sampaoli, el tetra de la UC). Esperar que después de 67 años, Coquimbo se convierta inmediatamente en el cuarto grande del fútbol chileno, es otorgarle una mochila que no corresponde. Para muestra, el último campeón del fútbol chileno hoy es octavo. Renovarse en el éxito no es fácil para nadie.

Dejen de ningunear al campeón. Estamos en presencia de una campaña histórica. Aplaudirla, atesorarla, aprender y alegrarse, que el torneo tiene un justo campeón. Y cuando ganan los mejores, el fútbol sigue mostrando buena salud.

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