Ordinariez Monumental
Un alto dirigente se refirió a otro como piojento. Este se indignó, alzó sus brazos, invitó al alto directivo a terminar la reunión a los golpes. Todos los presentes miraron la escena, desde una posición privilegiada, pero a los pocos minutos sufrieron un acto de amnesia profunda, pues aseguraron que no vieron nada y se instalaron, otra vez, en su trinchera.
La pelea que protagonizaron los dirigentes de Blanco y Negro en su última reunión debe ser de las escenas más ordinarias del último tiempo. Y la vara respecto a ordinarieces de nuestros dirigentes es bastante alta a lo largo de la historia.
Después de la trifulca hemos escuchado una serie de apreciaciones, acusaciones varias, testigos que vieron lo que quisieron, algún video que aclara ciertas versiones y desmiente otros. Pero no hemos escuchado ninguna disculpa hacia la afición del club por el lamentable espectáculo.
Más allá de encontrar las causas de un hecho indecoroso, más allá de buscar alguna coartada que sirva para explicar actitudes inexplicables, la pelea entre Aníbal Mosa y Carlos Cortés, demuestra la forma de proceder que vive la concesionaria que administra los destinos del club más popular del país: la noción de que pueden hacer lo que quieran.
El directorio de Blanco y Negro tiene tres grandes bloques: los cercanos a Aníbal Mosa; el sector Larraín-Vial que tiene como referente a Gabriel Ruiz Tagle y el Club Social, cuyos dos votos habitualmente son claves para definir al presidente del directorio. Este equilibrio precario lleva muchos años, con cambios en la testera hacia uno y otro lado. La complejidad de hacer planes a largo plazo es evidente y afecta la continuidad de una institución donde las promesas de refundación ocurren año por medio.
Los bloques se miran con desprecio. Una distancia que no sólo es económica, sino también política. Y que ahora parece marcar una grieta imposible de soslayar.
Colo Colo es el actual campeón del fútbol chileno. Tiene un proyecto para remodelar su estadio. Es el equipo con más hinchas en el país. El club con más títulos locales. El único conjunto chileno en ganar la Copa Libertadores. Está a pocos días de cumplir los 100 años. Un escenario propicio para la unidad. Pero lo estropearon por posiciones mezquinas y solitarias.
Cuando no esperamos nada de ellos, nos decepcionan de igual manera.