Que Nicolás Córdova asuma en la Roja
La idea es muy buena en la medida de que sea por convicción y no por razones netamente económicas. Chile necesita partir de cero.
En la ANFP se abrieron a la chance de que el interinato de Nicolás Córdova se extienda a las próximas Eliminatorias y, ya como DT confirmado, asuma la conducción de la Roja para el Mundial 2030. De inmediato, se empezó a hablar de que Chile podría tener su propio Lionel Scaloni, en una analogía con lo que pasó con Argentina cuando el técnico se quedó con el cargo de Jorge Sampaoli y todo terminó con el éxito conocido. Muy mala la comparación, porque a nivel de selecciones no nos parecemos en nada. Estamos muy lejos, un Mundial y dos Copas Américas mediante, en los últimos años.
La idea de que Córdova asuma en la Roja es muy buena en la medida de que sea por convicción y no por razones netamente económicas. Chile necesita partir de cero, con un gran proyecto transversal, que cruce todas las selecciones menores, desde la Sub 13 hasta los mayores. De partida, da por hecho que un entrenador nacional se encuentra capacitado para mandar en Juan Pinto Durán, lo que sería un hecho revolucionario en vista de lo sucedido en las décadas precedentes. El último DT nacido acá que dirigió a la Roja fue Juvenal Olmos, a comienzos de los años 2.000.
Si no pasa nada extraño, Chile cerrará las actuales Eliminatorias como el peor cuadro del continente, en el último lugar de la tabla de posiciones. Un golpe durísimo para nuestro infundado orgullo, porque por años creímos que la Roja era más que otras selecciones, pero después de los dos títulos de la Copa América obtenidos no se clasificó a ningún Mundial. No puede ser casualidad, Chile se encuentra en el piso. Hay que partir desde lo más básico con un técnico con mucha intención y capacidad de trabajo. Son muchas las cosas por hacer y el DT cumple con esto.
Si Felipe Correa, gerente de selecciones, deslizó la posibilidad de que Córdova tome la Roja es porque ya existe algo adelantado. Parece absurdo que lanzaran la idea sin alguna conversación de avance o preliminar. Entonces, el DT quiere y está con ganas. Es un entrenador joven, dirigió en Primera División, logró un título de la Copa Chile y también lo pasó mal con un descenso. Estuvo en el extranjero como técnico y vio desde afuera todo lo que estaba pasando acá, aparte de la vivencia en las bancas de otros lugares. Ha convivido con lo bueno y lo malo de la pega de entrenador, pero lo más importante es que sabe cómo es el futbolista chileno actual.
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Además, tiene a mano el pulso de las generaciones emergentes de futbolistas. Como jefe de las selecciones menores y DT de las Sub 20 y Sub 23, está en el día de los que estarán en las camadas que llegarán a Juan Pinto Durán. Los conoce a todos, pues el proyecto que encabeza implica también un barrido de los futbolistas emergentes del país. Sabe cómo juegan, de dónde proceden, qué quieren. No solo está al tanto de la esencia del jugador nacional como concepto genérico y permanente en el tiempo. También vislumbra qué tal asoman los que vienen.
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