¿Qué se cree Gil?
Leonardo Gil dejó una lamentable escena en el partido ante Magallanes. Tras ser reemplazado por Vicente Pizarro explotó y antes de salir del campo le lanzó su primer dardo a Wilson Ferrada, kinesiólogo del club. “Ahora vos hacés los cambios”, le dijo dos veces en alusión a que el profesional sugirió su salida por un problema físico. Luego, derechamente lo insultó. “La conch... de tu madre”, le gritó y todo en la misma cara de Gustavo Quinteros.
Una falta de respeto por donde se le mire. Primero a Ferrada, que sólo estaba haciendo su trabajo, luego al DT, que es el que toma la decisión final, y finalmente a su compañero, Vicente Pizarro, quien entró a sustituirlo.
Ahora, la gran pregunta es, ¿qué se cree Gil? ¿Por qué debería ser intocable? ¿Nunca lo pueden sacar? Y ni siquiera es que estemos hablando del jugador más trascendente de Colo Colo. Hace rato que dejó de serlo, pero por sus actitudes pareciera que él hace todo bien, que nunca se equivoca. Es cosa de seguirlo en los partidos. Siempre los que fallan son los compañeros y se enoja con ellos en cada jugada porque no le dan el balón o porque no hicieron lo que él pensaba o quería.
Es insoportable su actitud y con eso sólo logra tapar su mal rendimiento en cancha. Cuando llegó causó furor y mostró gran nivel, pero luego fue absolutamente de más a menos. Empezó a sentirse uno de los líderes del camarín y eso terminó pasándole la cuenta. Se creyó en un altar. Pensó que era mejor de lo que es y que nunca podía ser cuestionado o reemplazado. Y hasta Quinteros ha caído en eso. Ha tenido un excesivo respeto por un jugador que en muchas ocasiones ha rozado la intrascendencia.
El declive de Gil en Colo Colo es evidente y comprobable. En su primer Torneo Nacional anotó ocho goles, al año siguiente sólo uno y ahora lleva tres. Pero él sigue pensando que está por sobre todos. Eso es algo que debe demostrarse, no forzar a punta de insultos.