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Vidal y los 66 puntos

El 15 de abril del 2024, Cobreloa derrotó a Colo Colo en el estadio Monumental. La cima del torneo ni siquiera se visualizaba en el horizonte de los albos. En ese contexto, Arturo Vidal hizo hincapié en que quedaban 22 partidos, 66 puntos en juego y que pelear por el campeonato no era un imposible.

Más allá del optimismo en las palabras de Vidal, la actitud ganadora del volante ha sido parte relevante de su carrera y en esta estación tuvo un relieve importante. Cierto, con el resultado puesto sus palabras adquieren un carácter casi profético. Pero Vidal durante toda su carrera ha exhibido una mentalidad en donde los imposibles se pueden abordar. No siempre resulta, no siempre se obtiene, pero se intenta.

Vidal llegó este año a Colo Colo con la necesidad de recuperar un rendimiento tras un paso por Brasil que no terminó de buena manera. Salió mal de Flamengo y en Atlético Paranaense casi no jugó. Un jugador como Vidal, con ese gen competitivo, necesitaba ser protagonista de una historia. Volver a Colo Colo, para Vidal, no era sólo un testimonio, no tenía sólo un carácter simbólico. Era una apuesta deportiva que resultó.

Tener a Vidal en una escuadra es el paquete completo: un futbolista extraordinario, un jugador que hace simple cosas que a otros les costaría un montón. Un futbolista con una actitud arrolladora. Pero también un tipo que incomoda, que a veces se excede, que en más de una ocasión es imprudente en palabras y acciones. Colo Colo necesitaba un jugador como Vidal.

Hay diferentes tipos de liderazgo. Algunos son ejemplo, dentro y fuera de la cancha. Otros, como Vidal, absorben la presión, piden la pelota cuando quema, aguantan las pifias del rival y reciben el elogio, a veces desmedido, de la afición. Cuando la película tiene un final feliz, parecen argumentos planeados de antemano. Vidal lo anticipó, pudo perder y esa frase pasar desapercibida. La gracia es resaltarla más allá del resultado.

La mejor versión de Arturo Vidal es esa. La que lo llevó, otra vez, a levantar una Copa y de retorno a la selección chilena, cuando esa puerta parecía clausurada.