ENTREVISTA AS

“Mi papá me decía ‘hija, acá en Brasil te piden más fotos que en Chile’... Fue bonito”

“Antes, le mandaba fotos de otros países a mi papá por WhatsApp y me daba pena pensar que él y mi mamá no podían ver lo que yo veía ahí en vivo”, agregó.

“Mi papá me decía ‘hija, acá en Brasil te piden más fotos que en Chile’... Fue bonito”

Valentina Toro cumplió un nuevo sueño. Esta vez no tuvo que ver con el karate, sino con un anhelo más personal: viajar a otro país junto a su padre. La deportista chilena de 24 años hizo un espacio en su agenda para irse de vacaciones por seis días a Brasil, luego de un año ajetreado donde, por ejemplo, festejó el premio Grand Winner 2024, otorgado a la mejor de la temporada en la categoría -55 kilos. De hecho, fue justo después de recibir ese galardón, en junio, que planeó éste viaje a Búzios.

“Siempre tuve la idea de llevar a mi papá de viaje. Muchas veces me pasaba que yo he tenido la fortuna de conocer tantos lugares del mundo y cada vez que voy a un lugar lindo, le mandaba fotos a mi papá por WhatsApp y me daba pena pensar que él y mi mamá no podían ver lo que yo veía, ahí en vivo. Tenía pendiente eso. Le pregunté si le gustaría primero, porque él sufre de vértigo, entonces por el avión creía que a lo mejor no le iba a gustar, pero me dijo que sí”, revela, en diálogo con AS.

- ¿Era primera vez que su papá viajaba en avión?

- Sí, para mí es algo común viajar en avión y no me gustan tanto los aviones... El vuelo era a las cinco de la mañana y estaba muerta de sueño, me quedaba dormida en los asientos, pero mi papá no durmió nada, nada. En el avión se fue todo el vuelo mirando por la ventana, quedó en shock, me preguntaba cuánta velocidad agarraba el avión y todo eso. Así que ahí le fui contando cómo era la cosa.

- ¿Qué fue lo que más le gustó a su papá de Brasil?

- Las playas tranquilas, las que no tenían muchas olas, le encantaron los desayunos, porque allá hay mucha fruta: sandía, melón, piña y maracuyá. El agua calentita, en comparación con Chile, jajajá. Y que era clarita, de hecho se grababa y veía sus pies. Me dijo “ahora puedo morir tranquilo, que conocí el agua color turquesa”. Muchas veces me decía “hija, esto es un paraíso”, y yo ahí me emocionaba un montón.

- Por lo que se ve, además de papá e hija, son bien amigos. Vimos que él la acompañó incluso a entrenar en el hotel. ¿Su relación siempre ha sido así?

- Siempre, desde que yo soy chica, siempre hemos sido amigos, muy panas con mi papá. Mi mamá se enojaba, decía “es como si tuviera dos hijos, siempre andan tonteando, pegándose patadas”. Porque yo empecé a hacer karate en 2007, en conjunto con mi papá, entonces todo era karate, todo era patada, jugábamos en la casa. En la pandemia él me apañó un montón en los entrenamientos. Entonces la relación siempre ha sido así.

- ¿Le costó hacerse un espacio para el viaje? La vimos estudiando en Brasil, incluso.

- Sí, fue difícil, lo compré en junio más o menos. Tenía el Mundial por equipos, estábamos clasificadas, entonces generalmente la semana después de una competencia, las cargas de entrenamiento bajan un poquito. Por eso compré para esa semana. Yo estuve en España para la competencia, volví unos días a Chile y me fui altiro a Brasil.

- ¿Su entrenador qué le dijo?

- Le avisé a Ahmed (Solyman) que ya estaban comprados los pasajes, con seis meses de anticipación eso sí. Fue un tema eso, porque no le avisé antes para que viéramos las fechas, sino que ya tenía todo comprado. Eran pocos días igual, solo seis. Pero al mes después salió que en esta fecha iban a ser los Juegos Bolivarianos de Ayacucho y que iba a haber karate, entonces le dije “Ahmed, ¿qué hago? Tengo pasajes para esa fecha”. Pero al final ninguna de las que fue al Campeonato Mundial por Equipo fue a los Juegos, por temas de carga, así que me salvé. Pero en la U sí estaba llena de cosas: estudié todos los días, entregué tres trabajos y ahora volviendo a Chile tuve que dar una presentación, que me fue súper bien.

Valentina Toro: “Sentí el cariño de la gente, es lindo que se sepa de cultura deportiva en Chile”

- Se encontró con algunos chilenos allá también, ¿qué se siente que compatriotas le pidan fotos en otro país?

- Sí, con muchísimos chilenos. Estaba lleno. Me pidieron muchas fotos, muchos saludos. Mi papá me decía sorprendido “hija, te piden más fotos acá que en Chile”. O sino me quedaban mirando, como que me saludaban, me felicitaban. En los aeropuertos también. Fue algo muy grato, muy bonito sentir el cariño de la gente fuera de mi país. Es lindo que la gente sepa de cultura deportiva, quién soy, demuestra un cambio, que las figuras deportivas chilenas han ido creciendo. Entonces, estoy muy feliz por eso. Ojalá siga así y crezca más.

- Ahora toca volver y seguir cumpliendo con varios compromisos, ¿le cuesta acostumbrarse a la rutina post vacaciones?

- La verdad yo ya estaba mentalizada con que tenía que volver a mi rutina full, así que estaba preparada. Ahora no me costó despertar en la mañana, pero sí dormí muy mal. Allá en Brasil yo me despertaba con la luz del día. Ponía alarma temprano, pero no tanto como cuando me levanto a entrenar acá en Chile. Hoy me desperté todo el rato en la noche pensando que me había quedado dormida para el entrenamiento y que mi entrenador me echaba, jajajá. En mi reloj sale que desperté como cinco o seis veces en la noche. Hoy tuve una presentación, me fue bien, pasé el ramo... Después tenía una reunión en el Comité Olímpico, luego otro entrenamiento y a la noche un evento, así que estaba todo agendado.

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