Nos gusta así

Una rápida encuesta hecha por el diario El Mercurio descubre que a la mayoría de los dirigentes les gusta el campeonato corto. Es necesario poner el acento en que les “gusta”, no que lo consideran el “mejor” para el fútbol chileno. La distinción es relevante, no hay base técnica que respalde, en un fútbol profesional que pretende ser competitivo, un campeonato de 15 fechas. Los hechos son demoledores, sobran los datos para terminar de una vez con este formato. Ya lo sabemos, es el campeonato más corto del mundo, los equipos chilenos dan la hora en los torneos continentales, se dejó de exportar a las principales ligas del mundo y en los equipos locales casi no juegan seleccionados extranjeros.

Pero a los dirigentes les gusta.

Es que simplifica las cosas. Se arma y desarma para seis meses. El torneo es una montonera que premia la racha corta, la inspiración momentánea, el azar del fin de semana. Cualquiera puede ser campeón, basta con ganar cinco o seis partidos seguidos. Los que trabajan a largo plazo, los que planifican viendo más allá del fin de semana… se joden.

Pero hay algo más.

Les gusta porque estira como chicle 30 semanas de fútbol cuando el año tiene 52. Y como son dueños del CDF hacen un negocio redondo. Cobran Premium y CDF HD las 52 semanas cuando de suerte transmiten 40. El resto lo rellenan con un Sudamericano Sub 20 y un Mundialito Sub 17 de la Católica.

Pero usted, claro, sigue pagando el año entero. Cómo no les va a gustar.

Si la plusvalía es infinita. No importa que estén todos quebrados por culpa de malas administraciones, sueldos inflados, influencia casi delictiva de los intermediarios y empresarios. Total, los giles igual seguirán pagando el abono del CDF, yendo al estadio y comprando camisetas. Total, los giles, por los colores, aguantan todo, el dedo en la boca, el salchichón en el ojo, el palo de escoba en el tuje.

Como la Segunda División Profesional, invento de Jadue para salvarle el traste a Deportes Copiapó, como las 25.000 UF por el derecho a piso, como la suspensión de los descensos cada dos por tres.

A la mayoría de los dirigentes les gusta. Cómo no, si es tan cómodo jugar parado.