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Alí, el más grande de todos
Para mí, Muhammad Alí es el más grande deportista de todos los tiempos. Representa no sólo al mejor boxeador libra por libra de toda la historia. Ante todo, Alí es un emblema, un faro, un genuino héroe para su pueblo y para su raza. Traspasa por amplio margen los límites de un cuadrilátero. Es un ícono cultural. No sólo cambió el deporte de los puños. Cambió la visión de la raza negra, cómo se veían ellos mismos y cómo eran vistos desde afuera.
Por trasladar la pelea a Kinshasa, en un Zaire azotado por la dictadura de Mobutu Sese Seko, quien financió la pelea para limpiar su imagen internacional. Porque el pueblo africano salió a las calles a apoyar a Alí. Nació el famoso Alí Bomayé, primera muestra de rebeldía de un pueblo oprimido que usó al boxeador como detonante para estallar.
También marcó un antes y un después en los medios de comunicación. La cobertura de ese combate fue la primera gran transmisión internacional de la historia.
Ese día, 30 de octubre de 1974 en Kinshasa, Muhammad Alí noqueó a George Foreman, recuperó el cinturón de peso completo y cambió la historia del deporte, de la cultura y de los medios de comunicación para siempre.
Por eso y más, Muhammad Alí es el más grande de todos.