El coraje de Corujo
Los 18 puntos de distancia que hay entre la Universidad de Chile y la Universidad Católica en la tabla de posiciones son un fiel reflejo del semestre de cada uno y fue refrendando en este clásico estudiantil.
La U, con un tranco distinto, un carácter diferente, una asumida condición de favorito. La UC, en una penumbra futbolística que nunca ha mostrado destellos en la era Falcioni.
A los azules se les dio el partido. El primer gol de Patricio Rubio arribó antes del buen funcionamiento. La escuadra cruzada, que había asumido de antemano que jugaría de contra, tuvo que cambiar el guión sobre la marcha. Y no lo hizo mal. Herrera evitó dos llegadas claras de los franjeados antes de los quince.
Hasta el golazo de Mathias Corujo, que envió a la UC a la lona. El desborde de Pepe Rojas no fue sólo contra Juan Pablo Gómez y una débil marca. Fue también contra más de algún desafortunado comentario de la dirigencia cruzada. El voleo de Corujo cerró una jugada lucida y también liquidó el partido.
Tal vez el 3-0 final haya sido demasiado extremo. Pero la U fue más directa, atrevida, picante y luchadora, ante un cuadro rival sumergido en sus propios fantasmas.
Rendimientos individuales altos: Herrera, González, Guzmán Pereira, Lorenzetti, Rubio y Corujo. Al equipo de Lasarte le resta jugar con Cobreloa como visita, Barnechea de local, enfrentar a Ñublense en Chillán y terminar con La Calera en Santiago.
El partido ante los cruzados es un clásico. Pero creo que el duelo vital para la U fue ante Palestino. Venía de perder contra Colo Colo y entró a la cancha con cinco titulares menos. Y lo ganó. Lo supo ganar, sin jugar bien.
Hoy, ante la UC, dio un paso importante hacia un nuevo título. No está asegurado. Pero está demasiado cerca. Es el único de los tres que depende de sí mismo. Y eso es demasiada ventaja.