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Universidad de Chile le hizo tres goles a O’Higgins. Y le pudo hacer varios más. Ayudó bastante el equipo rancagüino para que la distancia fuera tan amplia. Una actuación que en los azules sirvió para disipar ciertas dudas.

Porque se fue Patricio Rubio ante una oferta irrenunciable del Querétaro mexicano. Porque Gustavo Canales sigue lesionado. Porque Sebastián Ubilla aún no está al ciento por ciento. Entonces Lasarte dispuso de lo que tenía, tres delanteros zurdos para comandar la vanguardia azul. 

Más allá de este partido puntual, la U mira de reojo el concierto internacional. Por eso requiere mantener en estado de forma a la mayor cantidad de jugadores posibles, que estén a disposición del técnico uruguayo cuando lo estime, ponerse una camiseta de titular y no desentonar, ya sea en el plano local como en la Copa Libertadores.

Enzo Gutiérrez se lleva las fichitas, al anotar dos goles, al jugar desde la derecha hacia el centro, pese a ser netamente zurdo. Pero hay varios que suman positivos en la evaluación. Gonzalo Espinoza es la primera opción de pase; Guzmán Pereira aporta en la batalla; Benegas distingue con precisión sus cualidades y defectos; César Cortés como opción de pase; si no está Lorenzetti, Fernández puede tomar su lugar. Joao Ortiz se dio maña para atreverse con un par de desbordes. José Rojas tomó el testimonio para generar juego por la izquierda. Y afuera están los mencionados Ubilla y Canales, pero además Sebastián Martínez, Benjamín Vidal, Maxi Rodríguez.

La U no sólo gana un partido con total justicia. Gana en cuanto a confianza para algo más relevante. Mantener arriba a un grupo de jugadores, titulares o suplentes, dependiendo del partido, de la instancia, de las lesiones, las suspensiones.