Hernández
Crisis total
“No tengo una explicación coherente de lo que está ocurriendo”, dijo Johnny Herrera tras la derrota ante Emelec. Minutos antes, Carlos Heller, presidente azul, tampoco logró articular una respuesta fundamentada acerca de la profunda crisis por la que atraviesa el equipo laico. “No sé qué está pasando, estamos en un pozo negro”, lamentó el mandamás universitario. Es que la esperanza de un triunfo en la Copa Libertadores y, especialmente, de una mejora futbolística se desvaneció de un plumazo ante el campeón ecuatoriano.
El borrón y cuenta nueva no funcionó. Y, en verdad, hay que admitir que aquella pretensión era más bien una aspiración emocional sin bases sólidas. La caída ante Emelec fue consecuente con el actual momento del equipo y dejó en evidencia su fragilidad. Hoy la U no es un desastre, pero tiene pera de cristal: le meten una mano y se desploma.
En toda actividad empresarial o deportiva cuando las cosas van mal lo peor que puede ocurrir es quedarse sin análisis. Decir que no hay una explicación o no saber lo que está sucediendo es un mal camino. Martín Lasarte, puteado de lo lindo por parte de la hinchada azul, tuvo al menos la claridad para admitir que el equipo padece una crisis de confianza, está demasiado permeable en lo sicológico y reconoció que sus ausencias a los entrenamientos por la lesión lumbar que sufre han sido factor.
Yendo a la cocina del problema, hay que descartar un primer elemento. El cansancio o estrés postítulo. Es cierto que la recta final del Apertura 2014 y el remate mano a mano con Colo Colo y Wanderers fue muy desgastante, pero tanto albos como caturros lograron superar es espasmo inicial. Qué duda cabe que los tres equipos se vieron afectados en el arranque de 2015. Pero ¿por qué Colo Colo está peleando arriba y la U penúltima?
Con la implementación del calendario europeo y receso mundialista las vacaciones del plantel azul fueron, al igual que para el resto de los equipos, en junio pasado. Decir entonces que a fin de año la U tuvo menos descanso que el resto es un facilismo y no se condice con la realidad. Solo Johnny Herrera y Pepe Rojas, quienes estuvieron en Brasil, podrían alegar que les faltó descanso.
Justamente el portero es uno de los que encabeza la baja de rendimientos individuales en el equipo de Lasarte. Por años, el capitán azul ha sido una enorme prenda de garantía, un arquero que gana partidos, que no baja de un seis en la calificación, pero actualmente sus actuaciones están al debe. Nadie desconoce su calidad y ante Emelec no fue responsable en el gol de Bolaños. Sí marco la tendencia de su declive en el último tiempo.
En la zona posterior, hay responsabilidades compartidas. No es presentable que la U haya recibido 14 goles en 7 partidos del torneo local. Es cierto que Herrrera está bajo y no irradia la confianza habitual, pero los de atrás no contribuyen mucho a defender el rancho. Matías Corujo, Osvaldo González, Pepe Rojas están lejos de su mejor versión.
Determinante en el oscuro panorama de la U es también el bajón de Gonzalo Espinoza quien no ha podido volver al nivel que tuvo antes de la lesión. Qué decir de Gustavo Canales al que su esfuerzo por jugar las últimas fechas del torneo anterior le está pasando la cuenta. Ubilla no gravita, Benegas se acopló a medias y tuvo una salida de madre que costó caro. La columna vertebral de la U no está sosteniendo al resto del equipo.
Capítulo aparte es el problema médico que afecta a Lasarte. El DT uruguayo se ha ausentado por obligación de algunos entrenamientos y este lunes no tendría que haber ido al estadio. Se sentó de puro guapo en la banca del Nacional. Cuando la crisis campea el entrenador debe ser el primero en estar ahí, firme, buscando soluciones, blindando a sus jugadores. Lasarte, que lo tiene claro, no está al ciento por ciento justo cuando las circunstancias lo ameritan.
Llamativo fue el espaldarazo de Carlos Heller a los jugadores y un respaldo menos jugado a la labor de Lasarte cuya recuperación es clave para levantar a un equipo muy tocado emocionalmente. El margen se estrechó considerablemente y la U necesita urgente una dosis de confianza a la vena. El partido de este domingo ante Universidad de Concepción puede marcar muchísimo en el futuro azul.