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Análisis táctico

Colo Colo, un equipo diseñado en torno a la figura de Suazo

De a poco, el rival de Santa Fe alcanzó un mejor fútbol y, para ello, fue clave que emergieran las piezas que hicieron funcional la presencia de Chupete
Colo Colo - Atlético Nacional: Copa Libertadores 2018

Actualizado a
Suazo, último abajo de izquierda a derecha, en la formación de Colo Colo en la sexta fecha del Clausura.
Felipe ZancaPhotosport

En el Torneo de Clausura, Colo Colo logró escalar bastante en la tabla de posiciones, luego de encadenar cuatro triunfos consecutivos. La buena racha dejó en gran pie a los albos para enfrentar a Atlético Mineiro en el debut en la Copa Libertadores. Fue un triunfo categórico por 2-0 y la crisis de la que se hablaba, debido a los bajos resultados en la parte inicial del campeonato nacional, quedó en el absoluto olvido.

El alza del nivel de juego del Cacique coincidió con la alineación permanente que finalmente detectó el entrenador Héctor Tapia. Cuando el equipo no funcionaba correctamente, y por ende no lograba resultados favorables, la gran pregunta táctica en torno al conjunto chileno tenía que ver con el rol de Humberto Suazo en la oncena. Y aunque se sabía que Chupete ya no era el que se marchó hace siete años a México a triunfar en Monterrey, de todas formas su rendimiento no era el que los hinchas aguardaban.

Sin embargo, hoy el equipo navega con viento a favor. El DT Tapia encontró las piezas correctas y generó su interrelación adecuada para que Suazo se sienta cómodo en la cancha y entregue el fútbol que los hinchas esperan del ídolo colocolino. Devenido en un mediapunta que puede romper líneas para marcar también, Chupete es el eje del equipo, con un sistema 1-4-3-3, aunque no por trascendencia futbolística en el funcionamiento del conjunto, pero sí porque toda su arquitectura fue diseñada en torno al ex goleador de la Selección de Chile. Así puede desempeñarse en forma correcta en el terreno de juego.

Colo Colo ataca con tres delanteros (Juan Delgado, Esteban Paredes y Felipe Flores), a quienes surten de mucho juego Suazo, en el rol de creador detrás de la línea ofensiva, y Jaime Valdés, un mediocampista que se desempeñó por más de una década en Italia. Este último, en teoría un volante defensivo, con habitualidad y sorpresa se desprende de la zona de contención para interactuar con sus pares en vanguardia. Aunque eso no es lo único que realiza ‘Pajarito’: muchas veces pulveriza esquemas con poderosos tiros de media distancia que suelen hacer un poco más fácil la tarea ante oponentes muy defensivos.

Las tareas de ataque de los albos las complementan también los laterales (Gonzalo Fierro y Jean Beausejour). Alternadamente, ambos se desdoblan permanentemente, aunque no para marcar en el arco rival, pero sí para asistir con centros a los delanteros del Cacique. Una prueba gráfica de las proyecciones que realizan los defensores por los costados: el segundo gol ante Atlético Mineiro fue producto de una asistencia de Beausejour, quien le puso el balón en la cabeza para que el zurdo marcara y sellara la victoria.

En defensa, y aunque se especula que el DT Tapia innovaría con tres zagueros, Colo Colo siempre defiende con cuatro hombres. La última línea fue cuestionada cuando los resultados no se daban, a raíz de la ausencia por castigo de Julio Barroso, quien fue sancionado por cuestionar la probidad del torneo anterior, que se adjudicó Universidad de Chile, el archirrival de los albos.

Para suplir la ausencia del argentino, ingresó Claudio Maldonado, pero el experimentado volante de contención, quien fue gran figura en Brasil por muchos años, no rindió en forma adecuada. Después llegó el paraguayo Leonardo Ramos, subcampeón en la Libertadores anterior con Nacional de Asunción, se cumplió el castigo a Barroso y todo volvió a la normalidad. Aunque una lesión muscular tiene en duda a este último para el partido contra Santa Fe, en Bogotá.

Cuando pierde el balón, Colo Colo se reagrupa a partir del círculo central. Nunca presiona más allá de esta frontera, ni tampoco aplica un ritmo alto para interrumpir el juego oponente o recuperar el balón. El cuadro albo solo intensifica su accionar cuando la pelota se acerca a su portería y el peligro es inminente. Esteban Pavez, el real volante de contención colocolino, es quien lidera la oposición cuando los adversarios poseen el balón. Para eso, nunca pierde su posición centralizada delante de la línea de defensiva, movilizándose más a lo ancho que a lo largo de la cancha con el fin de frenar las embestidas rivales.

En rigor, el sistema de juego 1-4-3-3 que en fase ofensiva o de creación exhibe Colo Colo se deforma con una gran plasticidad defensiva. Los punteros (Delgado y Flores) retroceden en el terreno de juego, en marcas persecutorias con los lateras o volantes externos respectivos. Forman duplas defensivas con los laterales en procura de la obturación de las penetraciones por las bandas, lo que origina un esquema 1-4-1-1. Esta labor les permite a Paredes y Suazo permanecer en ofensiva, muy atentos a gestar un contraataque de posesión de balón antes que de aceleración, pues la velocidad ya no es la de antes en los experimentados jugadores.

De este modo, se desarrolla la operativa futbolística de Colo Colo. Cuando arribó Suazo al club, se hablaba de que en México se encontraba jugando en una posición más retrasada, pero el anhelo de los hinchas era verlo actuar al lado de Paredes conformando una dupla de goleadores soñada. El DT Tapia cumplió solo en parte, pues instaló a Chupete detrás del centrodelantero, como asistidor y no ubicado al costado de éste.

El perjudicado fue el argentino Emiliano Vecchio, el volante creativo titular durante todo el ciclo del actual entrenador de los albos. En algún momento probó con los tres en la titularidad, pero la tendencia de Suazo a bajar y restarle protagonismo al trasandino en el manejo de la pelota provocó que el Cacique adquiriera la fisonomía futbolística que con toda seguridad mostrará este jueves, en el Estadio el Campín de Bogota, frente a Santa Fe.