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¿Quién marca a quién?

Universidad de Chile quedó en una posición muy desmejorada en su objetivo de avanzar a la siguiente fase de la Copa Libertadores de América. La sentencia suena aún peor cuando la ubicamos en la cronología del grupo, con apenas dos partidos jugados e igual cantidad de derrotas.

La caída azul ante Inter de Porto Alegre demostró ser una postal de un período de vuelo apenas rasante para la U. Si sumamos que el cuadro brasileño no demostró grandes luces, la emergencia en el equipo de Martín Lasarte es todavía más urgente.

Con dos entrenadores uruguayos, Aguirre en Inter y Lasarte en la U, era predecible un partido de espacios cortos, batalla y poco ritmo. Donde la marca era más efectiva que la creación. En ese contexto, irse al descanso con 1-0 en contra tal vez haya sido demasiado castigo para los universitarios.

A D’Alessandro le bastó su habilidad en el regate corto para llenar de tarjetas y dudas a una zaga azul demasiado débil. Pero culpar solo a la defensa de la U sería injusto. Uno de los problemas de este equipo es que dejó de exhibir esa marca escalonada, que partía en los atacantes, que dejaban apenas en pie al contrincante con el trabajo de los volantes de corte. Y si pasaban esa zona, rara vez el rival llegaba bien parado a enfrentar a la última línea. Ante Inter, en el segundo y tercer gol, la estructura defensiva estaba mal parada, marcando a distancia, descoordinada, dejando espacios para un rival que los aprovechó.

Detenerse en rendimientos individuales llamativamente bajos sería dar casi con la oncena completa. Rescatar a alguno cuesta. Herrera sacó un par de balones difíciles. Lorenzetti siempre trata de jugar. El resto, al debe. Son los jugadores los primeros que diagnostican este bajón en su desempeño.

Con dos derrotas en igual cantidad de partidos, la U quedó sin margen. Para los que creemos en que los buenos rendimientos provocan buenos resultados, cuesta mucho más sostener esta ecuación cuando la soga ya está rodeando el cuello. Y así está la U a esta altura de la Copa, con apenas dos partidos jugados.