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Arcos

Chile versus Chile

Soy un convencido que los partidos amistosos se deben medir con otra vara que los duelos por los puntos. No es que dé lo mismo el resultado (jamás da lo mismo), pero los contextos son radicalmente distintos.Los amistosos son para reforzar ideas, para corregir, para variar la hoja de ruta si es necesario.

Chile jugó mal contra Irán. No tanto en la comparación con el rival, a quien el partido se le dio cómodo con una inesperada ventaja inicial. Chile bajó en relación a su propio desempeño. En la comparación con la estructura que demuestra comúnmente la Roja, se dieron pasos atrás.

Sería demasiado simple y sencillo decir que esto se reduce solo a la innegable diferencia entre titulares y suplentes. Chile tiene un universo reducido de futbolistas para estar en el once inicial. La intensidad y el vértigo que espera Sampaoli para sus equipos requiere de futbolistas en forma altísima. Y no todos están a ese nivel, ya sea por condiciones propias o por las competencias en las que juegan.

Pero lo realmente preocupante es que hubo errores de estructura, de base y eso comúnmente no ocurre en las formaciones del casildense. El primer gol de los asiáticos es producto de un córner. El segundo nace de un saque de meta. No son momentos que sorprenden al equipo volcado al ataque, jugando el riesgo, al límite. Acá el equipo tiene momentos para organizarse, ordenarse y evitar los ataques del rival. Y le convirtieron igual.

El duelo con Brasil es atractivo, con un entorno especial, una historia reciente que condimenta el encuentro. Pero es un amistoso, que se debe tomar como tal, para reforzar ideas y corregir errores, no solo para buscar un buen resultado que se meta en la bitácora de las actuaciones destacadas.

A Chile le va a tocar enfrentar con más frecuencia a equipos que jueguen como Irán que aquellos que propongan como Brasil. Equipos cerrados, que plantean un juego físico, de mucha velocidad y que se cierran como ostras cuando se encuentran con un gol a favor. A esos hay que apuntar. A esos hay que ganarles siempre. Una vez resuelto ese dilema, el resto vendrá por consecuencia.

Chile tiene buenos jugadores. Algunos de excepción. Pero el nivel no es tan parejo. A esta altura no se pueden inventar formaciones. Como en el barrio, antes de la pichanga, somos los que somos. Y estamos los que estamos.