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Londres

Primera advertencia: Creo que los partidos amistosos son incomparables a los duelos por los puntos. Todos. Ante rivales precarios o de talla mundial, en los triunfos y en las derrotas, en las goleadas a favor o en contra.

Segunda advertencia: No soy resultadista. Reconozco y asumo que es lo más importante en un juego de competencias, pero resalto la forma y el modo por sobre los números. El camino es la recompensa. Suena medio hippie, pero yo me ubico en esa fila.

Tercera advertencia: Dicho lo anterior, el fútbol se gana con goles. Tiene una faceta defensiva, muy importante y otra ofensiva, que mientras este deporte se defina con goles, seguirá teniendo una relevancia suprema.

Quienes estuvimos en el Emirates Stadium y vimos a Chile perder con Brasil, vimos a dos equipos que en el primer tiempo no patearon al arco. Ninguno de los dos. Desde el punto de vista defensivo, Chile hizo un partido impecable. No le generaron ninguna ocasión de gol. Incluso la tenencia de la pelota, la recuperación, la presión insistente, fue del once chileno. Pero hay un rasgo que ya se está haciendo costumbre. El vértigo tapa los ojos, no deja pensar, desvía la mirada de la pelota. Chile corre, mete, deja todo en la cancha. Pero en este juego sigue mandando la pelota.

Aunque suene feo decirlo, Brasil no se tomó este compromiso de la misma forma que los chilenos. Para el equipo de Dunga el duelo de su gira europea era con Francia. Lo ganaron. Chile fue el rival para probar algunos jugadores. Y cuando aceleró, ganó. Sin jugar mejor que la Roja, casi sin patear al arco. Pero ganó. Los resultadistas están felices. Si yo fuera brasileño estaría inquieto. Este Brasil es pragmático. Ya cambió de piel.

Chile no hizo goles en esta gira. Contra Irán se jugó mal. Contra Brasil se mejoró, pero no fue suficiente. El universo de jugadores es el mismo del Mundial. Ninguno de los nuevos puede considerarse seguro en la lista de la Copa América. Los alarmistas encenderán una hoguera porque en dos partidos se registraron dos derrotas y no se convirtieron goles. Yo les encuentro razón, pero creo que la mirada va en mejorar ese aspecto. Chile no tiene un artillero. Eso es más preocupante, creo yo, que perder ante Brasil un amistoso.

¿Si Chile empataba o incluso ganaba cambiaba este análisis? Creo que no.