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Arcos

Colo Colo resucitó la calculadora

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La calculadora, esa que tantas veces han usado los equipos chilenos para una clasificación en torneos internacionales, parecía cobijada en el cajón de los objetos en desuso. Allí estaba, arrumbada, desvencijada, con telarañas. Parecía que el equipo de Héctor Tapia no la iba a requerir en esta edición de la Copa Libertadores 2015.

Pero los albos, al caer por goleada en casa contra el Independiente de Santa Fe colombiano, la resucitaron. Con ella tendrá que jugar el último partido de esta fase de grupos, ante el Atlético Mineiro en Brasil. Cuando el acceso a la siguiente fase de la Copa parecía un trámite, todo se empantanó tras una actuación desastrosa.

Comentar desde afuera es mucho más fácil. Cierto. Hacerlo con el resultado puesto, con el diario del lunes, es sencillo. Verdad absoluta. Pero no hay otra forma de comprender por qué Colo Colo jugó su peor partido en la era de Héctor Tapia.

La pesadilla fue completa. La victoria ante los mexicanos como visita, con un esquema inédito de tres líneas de tres y un solo delantero, convenció a Tapia. Ya contra Audax Italiano lo repitió, con varios cambios en los nombres, pero con los primeros síntomas de que el croquis escogido no daba el ancho.

Así como otras veces, en este mismo sitio, hemos alabado la versatilidad táctica exhibida por el técnico de Colo Colo, la noche del miércoles, extrañamente, no vimos esa respuesta en el DT. Cuando vas perdiendo por la mínima, sigues con tu convicción. Cuando pierdes 2-0, la pista se pone pesada. Si vas cayendo 3-0 y mantienes un sistema que ya no te sirvió, mantenerlo suena a decisión inexplicable.

El desorden era tal que la postal de un Esteban Paredes, peleando pelotas como lateral, metiendo el cuerpo, reventando balones, cuando el equipo perdía por goleada, refleja el partido y ahorra comentarios.

A ratos parecía que Colo Colo jugaba con siete y los colombianos con quince.

Esto es Copa Libertadores. De los torneos más duros del mundo. Cada partido es una batalla. No se puede dar por sentado un resultado. Menos pensar en meterse entre los cuatro primeros del campeonato antes siquiera de asegurar el avance en la fase inicial.