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Rally de Córdoba

El increíble fanatismo que genera el Rally de Argentina

Miles de personas llegan desde todas las ciudades del país y el extranjero a Córdoba para presenciar una prueba que hace tres décadas es una tradición.

El Rally de Córdoba genera un gran interés en el país y del extranjero.

No soy ni las seis de la mañana del viernes y los caminos para subir al Cerro La Cumbre en la provincia de Córdoba ya están cerrados. Gente acampa desde hace días a un costado de la ruta, y la mayoría llegó a pasar la noche como cada año, sin importar mucho el frío.

Es la pasión que genera el Rally de Argentina. Un evento que desde 1980 en una tradición de una ciudad que se ha autodenominado como la capital del deporte motor en el país trasandino. Las razones que esgrimen son amplias, pero dos se repiten: porque aquí creció la prueba, y en estas tierras nació Jorge Recalde, el único campeón trasandino en la historia del circuito mundial, que hoy sobrevive en la memoria y en decenas estampados.

Francisco Agamenone, que vino por primera vez a ver el rally en 1987 lo resume así. "Nosotros crecimos viendo esto. Despertarse de madrugada, venir con la familia y prender una parrilla". Al final, dice "todo va incluido, son cosas con las que uno se identifica siempre".

Sin embargo, no sólo de Córdoba llegan cada año hasta las rutas en las sierras y los valles interiores. También desde Rosario, Santa Fe y Buenos Aires. También desde afuera: Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia. "Salimos el sábado desde Santa Cruza en camioneta", cuenta Alejandro Vargas, parte del club speed agro de la ciudad boliviana. "Desde hace cinco años armamos un grupo y nos venimos a Argentina a ver esta espectáculo", agrega.

Y esa atmosfera que llama tanto la atención, tampoco queda ajeno a los pilotos. El propio líder del WRC, Sebastián Ogier, catalogó la fecha sudamericana como una distinta a todas las demás. "Siempre es agradable llegar aquí, ver las rutas llenas de gente, escuchar los gritos en cada carrera", dijo antes de partir una nueva versión.

Cuando son pasadas las 8 de la mañana del viernes los autos hacen su aparición en la ruta. Pasan rápido. Son sólo un par de segundos, un sonido intenso y una polvareda que se mantiene por pequeños instantes. Es suficiente, explican. Ese detalle mínimo es el rally, añaden todos. Parece suficiente hasta el próximo año. Al final lo importante es estar.