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¿Qué más debe hacer Bravo?

Barcelona acaba de abrochar el título número 23 de su historial en una temporada de ensueño. Un campeonato que se explica por tener en sus filas al futbolista más desequilibrante del mundo, Lionel Messi. Por construir un ataque formidable entre el argentino, Luis Suárez y Neymar. Este trío suma 115 goles. Por sumar en el medio terreno a Busquets y Rakitic, que corren por todos. Y porque presentó una solidez defensiva que le permitió afrontar los partidos con suma tranquilidad.

Lo de Claudio Bravo fue extraordinario. Quien no quiera verlo, que no lo vea. Quien quiera menguar un rendimiento superlativo, que lo haga. El fútbol no es de consenso, pero llama la atención los anticuerpos que genera en varios el capitán de la selección. chilena. En un deporte difícil de objetivar, de medir, Bravo suma a su historial una corona en España, siendo el arquero menos batido de la liga, seguro ganador del Premio Zamora al mejor golero de la temporada. El portero jugó todos los minutos de la campaña. Todos. Ningún otro jugador del cuadro catalán tiene este registro. En 23 de los 37 partidos jugados hasta ahora, entregó su arco en cero, lo que es una marca sencillamente fabulosa, sea quien sea el arquero, en cualquier competencia del planeta.

Pero acá en Chile, solo en Chile, muchos no lo quieren ver. Porque hay distintos paladares y eso es muy lícito, válido y saludable. Pero no reconocer campañas como la que Bravo está cerrando, es tratar de imponer un gusto por sobre una realidad demasiado evidente.

Quizás porque está identificado con Colo Colo, quizás porque su imagen quedó dañada tras el lío de los premios de la selección (tema aún no resuelto), quizás porque no tiene el carisma de otros jugadores, quizás porque los nostálgicos no pueden creer que otro arquero pueda unirse a la discusión histórica entre Livingstone y Roberto Rojas, lo cierto es que muchos le buscan la quinta, sexta y séptima pata al gato para bajarle el pulgar al hombre de Viluco.

Cuando tuvo que atajar, lo hizo por montones. Con una actuación brillante en un clásico contra el Madrid. Los grandes arqueros no sólo se instalan bajo los tres tubos. También ordenan, dirigen, controlan la defensa. Juegan con el pie. Y son los primeros en salir jugando con coherencia.

No jugó la Champions porque el Barcelona tiene dos estupendos arqueros y el alemán Ter Stegen siempre respondió. No había motivos para sacarlo, como tampoco había razones para sustituir a Bravo en la liga local. Si hubiera sido al revés, estoy seguro, muy seguro, que los de siempre habrían argumentado que la Champions son apenas trece partidos y la liga 38.

Este fue una gran temporada para Claudio Bravo. Extraordinaria. No sé si será el arquero chileno con más condiciones naturales en la historia, pero sí es el más exitoso. Por lejos. Con enorme distancia.