La cara más desconocida y humana de Jorge Sampaoli
El DT convive de cerca con la fibrosis quística: Conoció a Valentina Maureira y no se alejó más de los niños que conviven con esta enfermedad.
Lejos de la cancha, el 4-3-3 y el debut en Copa América, Jorge Sampaoli tiene una faceta que pocos conocen. Hace más de tres años, el DT se conmovió con la historia de Valentina Maureira, la niña que falleció producto de la fibrosis quística y que antes le había pedido a la Presidenta Bachelet la eutanasia.
Para el adiestrador la enfermedad no es desconocida: la nieta de uno de sus mejores amigos la padece y por eso es que se sintió tan cercano a lo que veía en Chile.
El estratega se acercó a la familia de la menor y comenzó una relación que a pesar del desenlace está lejos de terminar: A través de ella el casildense conoció más historias similares y se empoderó de una en particular.
Hugo Torres, otro menor afectado por el mismo problema de salud, era uno de los mejores amigos de Valentina. El ex técnico de la U no quedó indiferente y comenzó una relación muy cercana con la familia del joven, quien en enero de este año falleció por los embates de la enfermedad.
Su padre Pablo quedó muy afectado, pero en honor a la memoria de su hijo comenzó una cruzada que hoy está cerca de concretarse: Dar a conocer la enfermedad y transformar al adiestrador en el ‘embajador’ de los niños que la padecen.
“Sampaoli es una persona muy humana, a pesar de lo que se ve en televisión. No todo es fútbol. Él siempre está preocupado de lo que le pasa a los niños con fibrosis quística”, cuenta el progenitor de Hugo.
Hoy Pablo Torres ya no tiene a su hijo, pero sí a un sobrino que considera como tal. Nicolás Leiva –el hijo de una hermana- también tiene fibrosis quística. Él generó una estrecha relación con el ex técnico de la U.
“El ‘profe’ me llama y hemos compartido varias. Le agarré mucho cariño. Es muy comprensivo y tenemos una hermosa amistad”, reseña ‘Niko’, como le dicen sus amigos, quienes quedaron con la boca abierta cuando supieron que el propio entrenador le regaló entradas para ir a ver el debut de Chile con Ecuador y también el duelo ante Bolivia, por la segunda fecha de la Copa América.
De hecho, tal es el compromiso que adquirió el trasandino con esta enfermedad que él mismo gestionó que en el amistoso de enero entre la Roja y Estados Unidos los jugadores salieran con un lienzo a la cancha. Luego en conferencia, exhibió una polera con el rostro de Valentina Maureira.
Más allá de esos pequeños gestos y las muestras de preocupación del DT, las familias encontraron en Sampaoli a su ‘embajador’. Así lo quieren. Así lo anhelan. El casildense, esta vez, muy lejos de la pelota, parece estar dispuesto a llevar la bandera de una noble cruzada.