La figura: Aránguiz tuvo el temple y manejó los tiempos
El volante puso la calma en el mediocampo, cooperó en la recuperación de balones y fue gran agente ofensivo en Chile. Ni el cansancio pudo opacar su buen juego.
Dentro de las grandes actuaciones que tuvo el histórico título de Copa América, uno de los más destacados fue Charles Aránguiz. El mediocampista fue uno de los mejores en el medio terreno, administrando los espacios y tiempos cuando Chile entró en desorden, pero que supo volver a la calma con el silencioso trabajo del ex Universidad de Chile.
En el primer tiempo, tuvo una tarea compleja: marcar a Lionel Messi, que en el papel era el jugador más peligroso en el planteamiento ofensivo de Argentina. Aránguiz supo cubrir a Marcelo Díaz cuando este retrocedía, por lo que en ocasiones incursionó como volante mixto, haciendo doble función cuando Díaz quedaba como líbero. De hecho, tuvo poca incidencia en ataque por esto.
En el complemento, tomó la iniciativa de irse en ataque, aprovechando en cierto modo el retroceso del equipo de Martino, quien optó por el contragolpe. Ya con Díaz más arriba, Aránguiz se convirtió en el compañero de zona de Jorge Valdivia en la creación del juego. Sin embargo, en donde más cómodo se le vio fue con el jugador del Hamburgo, haciendo recordar los tiempos en que ambos eran dupla en Universidad de Chile.
En el alargue, tras el 0-0 en los 90', el cansancio no fue factor para Aránguiz. El volante no bajó el nivel, y siguió yendo al ataque, aunque con menos frecuencia que en otros tramos del partido. Con el ingreso de Matías Fernández, se posicionó como '8', y ayudó en la recuperación de balón cuando Argentina se venía en ataque.
Ya en los penales, convirtió el 3-1 tras el fallo de Gonzalo Higuaín, penal que en parte transmitió calma al plantel. Posterior al 'panenka' de Alexis, Charles se largó a llorar. Lágrimas de felicidad, esfuerzo y emoción, que reflejan el arduo trabajo de uno que, de manera silenciosa, fue figura dentro del conjunto nacional.