Hernández
Como pez en el agua
Los primeros días de Arturo Vidal en Munich han sido inmejorables. El volante pasó cuatro grandes temporadas en Turín, pero es como si no se hubiese ido nunca de Alemania. En el Bayern, lo han hecho sentir en casa desde el primer minuto y, obviamente, su buen genio facilita su integración al cuadro bávaro. Como decimos en Chile, Celia “es livianito de sangre” y, por eso, no extrañó verlo bromear desde el primer entrenamiento con Douglas Costa y Thiago Alcántara o sonreír reiteradamente junto a Pep Guardiola.
Vidal cumplió un gran objetivo: enrolarse en uno de los cinco equipos más grandes del mundo. Y si decimos que está entre los tres mejores no es un despropósito. Después de cuatro temporadas en Italia y conseguir siete títulos y una final de Champions no era mucho más lo que le quedaba por hacer ahí. Con el Leverkusen, el volante chileno nunca ganó la Bundesliga y ahora, de seguro, pagará esa deuda. Pero lo que realmente mueve a Vidal es la posibilidad de levantar la Orejona y con el Bayern Munich siempre será una posibilidad cierta.
Tras el accidente de la noche del 18 de junio se especuló muchísimo sobre cómo este episodio podía comprometer su venta. Se dijo que se depreciaba y que tanto el Real Madrid como el Manchester United lo habían descartado por conflictivo. Pues bien, Vidal no habrá llegado a Liga de las Estrellas ni a la Premier, pero fichó por un equipo de tanta categoría como los merengues o los diablos rojos. Y a pesar de lo que algunos publicaron en Madrid, en la Casa Blanca sí hubo interés por su carta. Aquí, guste o no, porque tiene mala prensa, el papel de su representante Fernando Felicevic fue clave. El agente lo colocó en el Bayern Munich y punto. Claro, Vidal llega al campeón alemán por su enorme categoría, pero también porque lo maneja un tipo que maniobró con calidad ante los dirigentes germanos el incidente de aquella noche de jueves.
A Felicevic no hay que medirlo porque no habla con los medios chilenos o le recomienda a sus jugadores el bajo perfil mediático sino por su trabajo. Puede equivocarse como todos, apostó, colocó a Gary Medel en el Cardiff y el tiro salió mal. Pero hoy el Pitbull figura en el Inter de Milán.
Vidal está feliz de vuelta en Alemania y también lo está Jorge Sampaoli. Al técnico de la Roja se lo encasilla como un ferviente seguidor de Bielsa, y lo fue, pero a esta altura ya desarrolló su propia identidad futbolera. El casildense reconoce en Bielsa un referente, pero cree que el mérito del título de la Copa América es suyo y solo suyo. Por lo demás, la Roja tiene más similitudes al Bayern Munich que al Olimpique de Marsella.
En ese trote de vacaciones por las calles de Miami, Sampaoli y Vidal conversaron del Bayern. Y al técnico de la Roja le viene de maravillas que el destino del Rey Arturo sea Munich. Sampaoli sigue de cerca y aplica varios aspectos de la filosofía de juego del campeón alemán donde, si no ocurre nada raro, Vidal será gran figura. Bien por él, bien por la selección chilena.