Mario 'Oso' Núñez y su profunda vida religiosa tras el retiro

"¿Vamos a hablar de política y temas valóricos?". La pregunta de Mario Núñez sorprende de inmediato. Es que el ex goleador de O'Higgins, la UC, Palestino y Osorno, entre otros, se acercó a Dios aún más tras el retiro y hoy no sólo quiere hablar de fútbol.

De hecho, muchas veces ha estado presente en prédicas callejeras tratando de enmendar, según él, el rumbo errado que está tomando la sociedad en ciertos temas. "¿Si soy evangélico? Dios no nos dividió en evangélicos, cristianos o católicos, sólo somos discípulos", aclara.

¿Qué opina de la Ley de Unión Civil?

Creo que el matrimonio es entre un hombre y una mujer y eso está escrito en la palabra de Dios. Si vamos contra él, vamos a tener problemas y eso es una realidad. Aunque Dios ama a aquella personas que están así, en esa condición, no lo aprueba".

¿Y del aborto?

¿Por qué yo tengo que decidir en base a la vida de otra persona que está por nacer? No corresponde que se estén legislando temas morales con gente que no tiene moral. Mi posición es clara y no la cambiaré porque Dios lo dice, no lo digo yo.

¿De cuándo viene este apego a la religión?

Desde mi época de futbolista, pero tras mi retiro se acrecentó. Estos temas los hablamos bastante y por eso es que tengo una opinión tan clara. Mi religiosidad me sirvió harto cuando dejé el fútbol, porque la verdad es que estaba un poco cansado del ambiente.

¿Cómo así?

Terminé agotado del entorno, de las concentraciones, el trato con ciertas personas y el estar lejos de la familia.

La irrupción en O'Higgins

¿Cómo recuerda los inicios de su carrera?

Había hecho todas las inferiores en O'Higgins, pero no tenía mucha continuidad, así que me fui a probar suerte a Argentina. Seis mese después regresé al club y el DT René Serrano me preguntó si quería seguir en el club. Después de eso todo pasó muy rápido e hice muchos goles. Además en 1999 ascendimos a Primera División.

Ahí formó una gran y recordada dupla con Jaime González...

Pudimos complementarnos bien. Él era zurdo y yo derecho. Cada vez que iba afuera a tirar centros él leía dónde podía ir y yo hacía lo mismo, así que formamos una dupla con harto poder goleador.

¿Cómo recuerdas tu paso por la Universidad Católica?

Me compró un empresario español (José María Minguella) y elegí ir a la UC porque era una institución muy seria. Me quedé por seis meses e hice un buen semestre, aunque la idea de Minguella era colocarme en algún club español, algo que no pasó. Después me fui a Independiente y ahí no tengo muy buenos recuerdos, no anduve bien.

¿Siente que tomó decisiones apresuradas?

Es que no tuve muchas opciones de elegir, el dueño de pase era el que decidía, pero todo pasa por algo y si Dios lo permitió es porque me hizo crecer y ayudó a ser quien soy. De todas formas, siento que me faltó alargar mis buenos momentos y ahí el principal responsable soy yo.

Daniel, su hijo tenista

¿Por qué tenis y no fútbol?

Un montón de veces lo invité a jugar a la pelota, pero de chico que le gustó el tenis. Quería jugar todos los días, veía videos, se levantaba a las 5 o 6 de la mañana a ver encuentros del Grand Slam. Claro que me hubiese gustado que juegue fútbol, pero no hubo caso, jajá.

Si bien tiene sólo 14 años, ¿lo ves como futuro tenista profesional?

Nada más queremos que haga la voluntad de Dios, que lo sirva a través del tenis. Tiene mucho potencial, hace un trabajo serio. Siempre le decimos que disfrute, más que sentir la presión de ganar. Eso es muy importante en la etapa formativa.

¿Cuál es el estilo de tenis que juega tu hijo?

Le gusta Roger Federer. Y en cuanto a sus características creo que Daniel tiene buenos golpes, limpios y un sello propio. Esperemos que Dios le de la sabiduría para seguir en esto.