Doce años
Se vienen buenos tiempos para el fútbol chileno. Enhorabuena. Los dirigentes de todos los clubes del balompié nacional, tanto en Primera como en la Primera B, al fin están pensando a largo plazo. No el capítulo siguiente, sino cuatro o cinco más allá. Invertir hoy para sacar recompensas mañana. Es una buena nueva para toda la actividad.
Claro, porque acordaron un sistema de reparto económico y un contrato con el Canal del Fútbol a 12 años plazo. ¡Doce años!
En doce años se juegan tres mundiales de fútbol. En doce años hay tres períodos presidenciales de acuerdo a nuestra Constitución. Tres períodos en la Cámara de Diputados. En doce años uno completa toda la escolaridad, con Educación Básica y Educación Media íntegra.
Entonces, si nuestros dirigentes, a la hora de un convenio económico y un reparto diseñado entre cuatro paredes han pensado y se han vinculado por doce años, uno podría inferir que a partir de ahora las políticas serán a largo plazo en todo aspecto.
No tendremos más torneos ultra cortos. Sería una locura que el contrato televisivo más extenso del mundo vaya del mano con el campeonato local más sucinto del orbe.
Veremos respeto por el trabajo de los entrenadores. Llegarán desde afuera DTS capacitados, se le dará tiraje a los nuevos técnicos chilenos y se respetarán los contratos. Ninguno firmara por doce años, pero al menos se cumplirán los convenios.
El torneo de cadetes volverá a ser un certamen potente. Porque ahora nuestros dirigentes miran a largo plazo. Volverá un campeonato común y no el parcializado, subirán los presupuestos y la infraestructura para menores. Obvio, hay plata garantizada por doce años.
Se reducirá el número de jugadores extranjeros. No por discriminación ni xenofobía, al contrario. Sino porque nuestros dirigentes piensan a largo plazo y ya se habrán percatado que los siete foráneos por club es demasiado en un sistema de campeonato tan breve como este.
Varios clubes construirán sus propios estadios o invertirán en eso y no seguirán jugando en los recintos del Estado. Tiempo y plata tienen.
Con el dinero de doce años se invertirá en seguridad, pero una seguridad real. En doce años alcanzas a realizar una planificación que vaya a la base de la violencia y no en la cáscara visible, la demonización del bombo, la pancarta o la cara pintada. No. Un trabajo de verdad. Doce años es un lapso prudente.
Es una buena noticia que se haya logrado un acuerdo a doce años. Es el comienzo de una nueva era. A contar de hoy, nuestros dirigentes mirarán a largo plazo. Obvio, si lo hacen a la hora de repartir el dinero, también lo harán en políticas deportivas, de club, de infraestructura y de seguridad.
Acuerdo conseguido en una sala herméticamente cerrada. ¿Hinchas? ¿Jugadores? ¿entrenadores? ¿Prensa? ¿Qué es eso?.
¿O es muy tonto lo que estoy diciendo?