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Las viudas de Chupete Suazo

Parecía que el despido de Humberto Suazo de Colo Colo comenzaba a ser olvidado. Sin embargo, Esteban Paredes lo puso nuevamente en pauta, tras el triunfo contra Huachipato, en el Estadio CAP de Talcahuano. "La salida de Chupete del club fue apresurada", dijo a grandes rasgos el goleador, quien también es el segundo capitán en el Cacique.

En la Octava Región, también Justo Villar, Jean Beausejour y varios otros integrantes del plantel albo se pronunciaron en torno a la bullada marginación. Casi en coro destacaron las cualidades personales y futbolísticas del ex artillero colocolino. También hicieron hincapié, a pocos pasos de un nuevo título para la institución, en mirar hacia adelante y cerrar el 2015 con la trigésima primera vuelta olímpica.  

Con este contexto, vale harto la pena realizar una retrospectiva hacia los mejores días de Suazo. A la época del atacante en la Roja de Marcelo Bielsa, cuando se convirtió en el goleador de las Eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica. Marcó 10 anotaciones y encabezó el equipo ideal de todas las selecciones de Sudamérica. Un tiempo lejano por lo visto en su segundo ciclo en el Monumental, que concluyó con una justa medida de José Luis Sierra en vista de lo poco que se sabe.

Entonces, la Selección utilizaba el Pressing como concepción de juego defensiva. Chupete, quien antes solo atinaba a mirar a los rivales cuando su equipo era atacado, fue el líder de la recuperación del balón. En el plano tranversal de la cancha, se desplegaba con fruición para encimar a los centrales oponentes. Incluso su derroche le permitía hacer lo propio hasta con los laterales, cuando la jugada lo llevababa hacia los costados.

No fue la excepción en el momento en que Bielsa lo ubicó como puntero derecho para darle el centro del ataque a Marcelo Salas. Llegaba a juntarse con el lateral de turno en la persecución del marcador de punta rival proyectado en ofensiva. Otro tiempo, porque ahora en Colo Colo el desdoblamiento defensivo no estaba incluido en su repertorio, cuando el Coto Sierra lo situó como alero.

En la fase ofensiva era, sin duda, el eje de la Roja. Y no porque Suazo jugara de "9", sino debido a la enorme funcionalidad que desarrolló. La escuadra nacional empleaba como concepción el Ataque Construido, con repetidas llegadas por las bandas, luego de elaboraciones simples en la mitad de la cancha con hombres atacando siempre el espacio para recibir el balón. Así, su producción fue magistral, porque si no se daba lo anterior, sorprendía con un tiro de distancia o en los penales era infalible.

Dando muestra de máximo olfato goleador, Chupete picaba al primer palo para conectar los envíos, se quedaba en el segundo poste para ganarles a las espaldas a los defensores o retrocedía en el momento justo al punto penal para recepcionar el centro atrás. Luego liquidaba. Un anotador fantástico, de los más brillantes en el derrotero de la Roja.

Cuando fue anunciado como refuerzo de Colo Colo, muchos se ilusionaron seguramente con actuaciones de este tono. El fútbol mexicano se ve poco acá en Chile e ignoraban que Suazo era suplente en Monterrey y ya no jugaba de centrodelantero. Él lo aclaró desde un comienzo, no se hizo el leso con el asunto. Pero igual resultaba irresistible soñar con la mejor versión de Chupete.