Abriendo Ruta: Carlo de Gavardo
Carlo De Gavardo, una vida sobre dos ruedas
Felipe Hurtado y Pablo Vargas Zec recorren la vida del Cóndor de Huelquén. El piloto que puso a Chile en el mapa del motociclismo mundial.
Seguramente el pasado 4 de julio, minutos antes de las 17 horas, muchos integrantes de la organización de la final de la Copa América 2015 estaban intranquilos. Chile y Argentina saltaban a la cancha del Estadio Nacional en una tarde donde la selección chilena podía romper la historia. Se respiraba ansiedad y nerviosismo en las gradas, también en los pasillos del reducto de Ñuñoa, donde hubo que reaccionar rápido para cambiar el protocolo antes de que el árbitro colombiano Wilmer Roldán le diera el vamos a la final.
Intempestivo cambio de planes. El inicio sería con un minuto de silencio en honor a quien trazó el camino del motociclismo deportivo en nuestro país. La vida de Carlo de Gavardo Prohens había llegado abruptamente a su fin esa misma mañana, en los polvorientos caminos del fundo La Vega, en Huelquén.
El silencio fue absoluto en esa soleada tarde de invierno, mientras la imagen de De Gavardo aparecía enorme sobre un mar de banderas chilenas que inundaban el escenario más importante de nuestro deporte.
Momento inolvidable que sirve como punto de partida para “Carlo de Gavardo, Abriendo Ruta”, (Ediciones B, 283 páginas) el trabajo biográfico de los periodistas Pablo Vargas Zec y Felipe Hurtado, que recorre precisamente el itinerario del piloto nacional sobre dos ruedas más importante de nuestra historia, quien fue tres veces campeón mundial y el primer compatriota en terminar el Rally Dakar, desafío que terminó siendo su obsesión.
Es un relato ágil, directo y planificado de los hitos más importantes en la vida de Carlo, alimentado por numerosos testimonios poco conocidos, que son el gran aporte de Hurtado y Vargas Zec, destacados periodistas tuercas que siguieron la carrera del motociclista. De hecho, el apodo Cóndor de Huelquén es fruto del ingenio y testadurez del puntarenense Vargas Zec.
De Gavardo fue una figura particular, con un carisma y una personalidad que son escasas en los deportistas chilenos. Por ello, marcó un camino y dejó huella.
La historia, que avanza sin paradas innecesarias, arrastra a los inicios de Carlo, cuando su padre y compañero inseparable Giorgio, llegó un día al fundo familiar arriba de una moto. En ese instante, Carlo sintió la conexión que lo mantendría unido con ella por siempre. Allí comenzó una carrera meteórica que lo llevó a ganar títulos nacionales e internacionales desde muy joven.
Después de un hecho casi fortuito y que estaba totalmente fuera de sus planes, logró largar en el Rally más conocido y exigente del orbe, el Dakar, cuando todavía se corría en África. Una prueba hecha especialmente para Carlo y que conocía desde que era adolescente, cuando se quedaba noches enteras viendo videos de pilotos surcando las dunas del Sahara a través de Malí o Mauritania.
De Gavardo poseía una habilidad innata para leer las rutas y adaptarse a las condiciones geográficas de las carreras. Su déficit atencional parecía ser solo un recuerdo del colegio cuando debía enfrentar horas de concentración máxima por el interminable desierto africano.
Vargas y Hurtado presentan a un piloto diferente, fanático. Al Cóndor en su lugar en el mundo: sobre la moto. Tenía una cercanía y simpatía desinteresada, que junto con un dominio y condiciones únicas sobre el vehículo, hicieron que se ganara el respeto de todo el circuito planetario. El triunfo dejaba de ser el objetivo principal cuando alguno de sus competidores necesitaba ayuda, como le ocurrió con el mongol Shagdarsuren Erdenbileg, quien hasta hoy afirma que Carlo le salvó la vida.
Abriendo Ruta es un recorrido sensato y cercano por la vida, la familia, los éxitos, los conflictos, los fracasos y los sueños del Cóndor de Huelquén, que ayuda a entender su pasión por las motos y cómo las convirtió en una forma de vida. Un cóndor que abrió camino para poner a Chile en el mapa del motociclismo mundial. Un cóndor que dejó de planear en los polvorientos callejones del Fundo La Vega, sobre dos ruedas, para conquistar el mundo.