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El partido más largo del mundo

El penal más largo del mundo del que se tenga memoria, surgió de la pluma y mente pródiga, brillante y pelotera del gran Osvaldo Soriano, maravilloso escritor argentino que tituló de esa forma el que debe ser el mejor cuento de fútbol jamás escrito en lengua alguna. En esa historia, basada en un relato real según el narrador, el Gato Díaz, sempiterno arquero del Estrella Polar, termina atajando el penal lanzado por Costante Gauna. Lo llamativo es que el lanzamiento fue ejecutado una semana después de iniciado el partido. El cotejo tuvo que ser suspendido. La reseña de Soriano se detiene en esos días que transcurren hasta que el portero consigue su tapada más sublime. Allí describe, como hacen los que de verdad entienden el juego, lo que rodea al partido. Habla de Argentina. De la sociedad. El miedo y el terror que genera la derrota. La incertidumbre que provoca la victoria en quien nunca ganó. La esencia del fútbol, el nombre y la leyenda por sobre la estadística y el dinero.

La pelota no se mancha.

Parafraseando a Soriano, lo del partido entre Santiago Wanderers y Colo Colo adquiere ribetes, a esta altura, delirantes. Se convirtió en el partido más largo del mundo. Sabemos que el pleito se suspendió antes de empezar. Las razones estaban eran justificadas. Pero el payaseo posterior resulta cada día más patético, risible.

Es cosa de revisar la cronología.

El partido no se jugó. Por suerte, para evitar enredos mayores, Audax Italiano venció a la UC ese mismo día. Sino el campeón aún estaría en entredicho. El campeonato terminó, con el partido pendiente. Se resolvió jugarlo en Valparaíso, sin público, pero no hubo autorización de la autoridad de la Quinta Región. Se determinó que se disputara en Talca, sin público, al mediodía. El problema es que nadie le preguntó a la Gobernación del Maule si el match estaba autorizado. No fue permitido. Se trató de mover el partido a La Serena y Coquimbo. Ambos anfitriones no quisieron recibir el lance. Se pensó en Rancagua, sin público, a las 10 de la mañana. La Intendencia lo descartó de plano. Quillota también rechazó organizar el partido en su estadio.

Pero faltaba la guinda del postre. La locura en su máxima expresión.

Presos de sus propios errores, de no poder controlar la violencia, la desidia, flojera, cobardía, nimiedad con que el tema fue abordado por los regentes del fútbol chileno, la ANFP se comunicó con la AFA para poder jugar el partido pendiente en Mendoza o San Juan. En Argentina. Sí, en Argentina. En serio.

En Chile no se podía jugar un partido sin público.

Es necesario decir que el torneo 2016 no puede comenzar sin que se juegue el suspendido Wanderers versus Colo Colo. El partido más largo del mundo.

Hagan lo que quieran. Ya lo echaron todo a perder.

Feliz 2016.