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ANFP

La presión que aún ejerce Sergio Jadue a 100 días de su escape

Sus ex colaboradores saben que Jadue sigue pendiente de todo lo que pasa en Chile. "Es un tipo peligroso", apuntan, y explican los 'dos Sergios' que conocieron.

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La presión que aún ejerce Sergio Jadue a 100 días de su escape
Andrés Piña/Photosport

Hace exactamente 100 días, Sergio Elías Jadue Jadue dejaba el país sin destino conocido. Los rumores de aquel momento apuntaban a Estados Unidos, pero eso solo se confirmó horas más tarde. "Me voy de vacaciones un par de meses con mis hijos", fueron sus últimas palabras en suelo nacional. En paralelo, Chile entero estaba pendiente del partido que a esa hora perdía la Selección ante Uruguay.

Hoy, cien días después, repasamos en voz de sus cercanos sus últimos días en el país, que incluyen arrebatos, sus vínculos familiares y personalidad visceral.

El diálogo es en volumen bajo. "Sergio es un tipo peligroso filtrando. Todos vieron lo que le pasó a Cristián Varela por hablar de él. Tiene información para cagarse a cualquiera", arguye uno de los que prefiere mantenerse en el anonimato.

Todos los consultados coinciden en la personalidad explosiva del ex de la ANFP. Lo califican como su peor defecto. "En uno de sus últimos directorios, se molestó. Pateó una estufa tan fuerte que la rompió", comenta uno. Otro rememora dos episodios con arrebatos similares: "Sergio se llevaba muy mal con (Miguel) Nasur. Una vez se paró de la mesa porque se le sentó al lado. En otra oportunidad, tuvieron que ir a buscarlo al auto para que volviera a La Moneda. Estaba en una reunión con el Presidente (Piñera) y algo le había molestado. Era así, se paraba y se iba. Le importaba nada si era el Papa o el presidente de Colchagua".

Todos coinciden en su 'múltiple personalidad'. Egocéntrico. Personalista. Manipulador. Estratégico. Autoritario. Ambicioso. Desconfiado. Hábil. Inteligente. Ególatra. Narcisista. Dictador.

Dos Sergios

Uno de sus colaboradores asegura que conoció sus dos caras. "Sergio tenía dos personalidades. Una era el Checho, el hueón que vivía en La Calera. El Checho era un tipo súper amable, cercano a su familia, que se encerraba con ellos los fines de semana a disfrutar, muy preocupado por sus tíos y primos también. Ese era el Sergio de verdad, un tipo muy aclanado. El otro, el Sergio de la ANFP, es un personaje que él creó. La gente solo conocía al personaje Jadue, un tipo agresivo, bien explosivo".

Un mes antes de irse de Chile, Jadue parecía un ente en las reuniones familiares. "En un asado se puso a llorar frente a todos. Estaba aislado. No conversaba con nadie", recuerdan. Su entorno sospechaba que algo raro ocurría. La depresión era la respuesta más repetida. Un mes antes de escapar, acusó esa enfermedad, pero nadie de los consultados lo vio medicarse o mostrar una licencia médica.

Ya en la final del Mundial Sub 17 que se hizo en Viña del Mar, testigos aseguran que "estaba flaco, ido, algo que le llamó la atención a todos. Con los hechos conocidos, no sé si era verdad porque tenía pinta de andar dopado. Tengo la duda de si estaba medicado". Otro asistente a ese evento recuerda que "apenas se pudo subir al auto", pero acto seguido duda si fue parte de un montaje creado por Jadue. "Se andaba victimizando desde que explotó el tema. Siempre lo desmintió", añade.

Cuando estalló el escándalo a mediados de 2015, el calerano cambió su accionar. "Sergio tiene que haber sabido que se le iba a venir el FBI encima. Uno de los grandes cambios que hizo fue que nunca más viajó solo a ninguna parte. A reuniones de la Conmebol, a la FIFA, a otras por la selección, hasta de vacaciones no iba solo. Siempre fue acompañado. Me imagino que internamente él sabía que podía pasar algo afuera", cuenta un testigo.

Los meses pasaron y su incomodidad se hizo palpable. "Los últimos días en la ANFP lo vi demacrado, pero para mí era puro show porque ya sabía que estaba cagado. Creo que es una mentira que estaba enfermo", insiste otra fuente. En el último Consejo de Presidentes que presidió también dio la misma impresión. "Recuerdo que hasta balbuceaba. Eso sí, creo que algunas veces actuó. Esa vez lo vi como trapo", rememora uno de los asistentes.

Otro tiene muy fresca en la memoria una defensa a viva voz en esa misma instancia: "Les pido por favor que dejen en paz a este presidente que ha entregado toda la información. Juro por mis hijos que soy inocente". Jadue recurrió a esa defensa cuando las críticas de sus pares empezaron a llover: "A (Luis) Larraín lo mandó a la cresta en un consejo, cuando empezaron los cuestionamientos por el tema FIFA".

Pero eso no fue lo único. "Todos decían 'vamos a confrontarlo', pero nadie lo hacía. En al menos tres consejos, Jorge Lafrentz (presidente de Wanderers) tomó la palabra y lo emplazó a transparentar los préstamos a los clubes. Jadue no lo pescó y nadie insistió. Todos se callaban porque de los clubes, hubo 22 que se favorecieron con esos préstamos. Sergio los mantenía así, a su lado", sentencia un observador. Y prosigue: "Él entregaba plata a cambio de votos. Así los dejaba contentos. El directorio completo viajaba a todos lados y en clase business. Simplemente muñequeaba a su antojo con la plata".

Otro confirma esta visión: "Eran muy pocos los que se atrevían a contradecirlo. Sí consultaba y escuchaba, pero la mayoría le llevaba el amén. Le decían lo que él quería oír". Un tercero añade que "se les hacía difícil convencer a Sergio. Si no tenías buenos argumentos, el tipo te recagaba. Además estudió derecho. No era fácil. Era muy despierto en esos temas y muy vivo para los negocios. Era rapidito, espontáneo, cachaba al tiro cuando se lo querían cagar. Y era muy bueno para blufear, para cagarse a los demás negociando. Más que presidente de la ANFP, Sergio fue el gerente general".

El vanidoso

"Jadue era un tipo que comía prensa". No es literal, pero casi. El ex presidente de La Calera estuvo siempre muy preocupado de su apariencia y de qué se decía de él. "Le importaba mucho cómo salía en los medios. Siempre quería aparecer bien en las fotos. Una vez, en una revista institucional se trató un tema de la Copa América. En la foto salía René Rosas y Jadue pidió que cambiaran la foto. Quería salir él", recuerda un cercano a Jadue.

También lo catalogan como un tipo muy encantador. "Le gustaba ser el centro de mesa. Generalmente monopolizaba las conversaciones. Contaba sus experiencias. Era muy entretenido contando historias, tenía gran facilidad para atraer a sus audiencias", remarca otro de su entorno.

En ese encantamiento muchos cayeron. "Sergio era mentiroso. Una vez firmó un contrato por diez y al rato se topó con alguien y le dijo que había firmado un contrato por 30", comenta otro testigo de sus años en Quilín.

Al comienzo de su mandato, se reunían varios trabajadores –incluido él- a jugar una pichanga. Ese ánimo duró hasta que Jadue mandó a echar a un rival: "Su equipo había perdido, así que de picado echó a un contrario. Después de eso, el equipo donde estaba siempre ganaba", recuerdan.

Mintió hasta el fin de sus días

Jadue no tuvo empacho en mantener su versión de inocencia hasta el último día en Chile. Jamás reconoció la verdad. En Nueva York tuvo su primer acercamiento con la justicia norteamericana. Aunque a todos les contó que andaba en Brasil. Uno que sabía la versión real comenta que "desde Nueva York volvió convencido de lo que iba a ocurrir. Antes siempre lo supo, pero eso estuvo condicionado a la posibilidad de salvarse. Creo que fue eso lo que lo mantuvo en pie. Siempre tuvo la esperanza que se iba a salvar. Después de ese último viaje volvió muerto. Ahí converso con mucha gente, dirigentes, amigos. Fue como la despedida. Les contaba que se iba de viaje. Hasta ahí nunca confesó que estaba metido. Decía que iba a solucionar unos problemas. Después de ese viaje supo que no se salvaba, que tenía que irse a Estados Unidos".

Esas personas con quienes se encontró en sus últimos días en Chile cuentan que "la última vez lo vi mal, devastado. Muy frágil. Tal como se vio en las imágenes cuando abandonó el país". Varios de sus cercanos reconocen temas pendientes con el calerano: "Quizá en el futuro nos juntemos a hablar porque una de las cosas que el entorno le reprochó a Sergio es que nunca tuvo el gesto de pedirnos disculpas a los que nos salpicó".

Desde hace dos semanas, Jadue está viviendo en un departamento en Miami. Pudo mudarse del hotel donde estuvo junto a su señora e hijos desde que se instaló a la fuerza allá. Ninguno de los consultados reconoce contacto actual con el ex mandamás del fútbol chileno, pero apuestan que tiene sus ojos puestos acá. Más que el ostracismo, el dolor máximo, según esos que lo conocieron, es tener vetada la entrada a Chile: "Eso sí le debe doler".