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Adiós Raúl Sánchez

Actualizado a

Lamentable partida la de Raúl Sánchez, un gran tipo que en su carrera deportiva no tuvo que envidiarle nada a nadie, jugadorazo en Santiago Wanderers y Colo Colo, además de ser uno de los líderes de una de las mejores selecciones chilena de la historia: la que se encumbró entre los tres mejores equipos del mundo en 1962.

Hace tiempo ya que no sabía mucho de él. Más allá de la información que todos manejábamos, que tenía una enfermedad que le impedía incluso salir de casa sin estar acompañado. Sin lugar a dudas son momentos tristes que cuesta asumir y que tanto pesan en la interna de una familia.

Buen tipo Raúl. Compartimos muchas veces camarines en Playa Ancha. Cuando yo recién empezaba a ser un profesional del fútbol, él ya llevaba un amplio recorrido. Atento, siempre caballero fuera de la canch. Era más bien una persona callada, quizás muy reservada, pero que siempre se hacía notar cuando entraba a una cancha, donde brillaba con sus ganas de jugar... Siempre jugar.

Creo que por eso siempre me compararon con Raúl. Compartíamos la característica de salir jugando con la pelota controlada. Muchos dicen que fue como un maestro para mi, que me enseñó mucho, pero la verdad no es tan así, ya que en esa época yo no jugaba mucho como defensa central y sí como volante mixto. Pero al final del día, al sacar las cuentas, es indudable que uno siempre aprende de los grandes compañeros de profesión.

Raúl trascendió generaciones. Al compartir con él en la Selección me di cuenta lo querido que era por sus compañeros y lo mucho que se le recuerda hasta estos días. Y esto último es algo para tener siempre presente. Los futbolistas chilenos de hoy no serían lo que son, o no tendrían la notoriedad que tienen, si no fuera por los que jugaron antes. Aprender de nuestra historia futbolística siempre va a ser importante. Así se crean referentes y motivaciones para superar los logros obtenidos. Llevar la meta cada vez más lejos es fundamental para seguir creciendo. A mi modo de ver, ganar la Copa América hubiera sido imposible sin el tercer lugar de 1962. Y en esa historia aparece Raúl Sánchez.

Se nos va un capo, uno de los buenos buenos, de esos que siempre son recordados, por sus actuaciones en la cancha y por sus actos fuera de ella. Lo más importante, más allá de los éxitos y méritos deportivos, es que se le recuerda por ser una buena persona. Mis condolencias a la familia en este momento de dolor. El recuerdo de un padre, tío o hermano permanecerá siempre en sus corazones.