La infancia en común de los goleadores de Antofagasta
Los argentinos Flavio Ciampichetti y Muriel Orlando nacieron en el pueblo de Conesa y se conocen desde niños. "Jugábamos en la calle al fútbol", cuenta Orlando.
Antofagasta ha experimentado un notable repunte en el Clausura, alejándose de los puestos de descenso. En el alza de los nortinos mucho han tenido que ver los argentinos Muriel Orlando y Flavio Ciampichetti.
Los atacantes trasandinos han anotado cinco y tres goles, respectivamente, exhibiendo una sincronización ofensiva que, eso sí, posee una antigua data. Ambos arietes son nacidos y criados en la localidad de Conesa, en la provincia de Buenos Aires.
"Los dos somos del mismo pueblo. Flavio es mayor un año que yo. Jugamos juntos en los equipos infantiles del club de nuestro pueblo, que se llama Conesa Football Club. Hicimos inferiores juntos y después cada cual tomó su rumbo", explica a AS Chile Orlando, de 26 años.
La localidad, que se ubica hacia el norte de la capital de Argentina, posee una población de 3.000 habitantes. Por lo tanto, siendo ambos tan futboleros no resultó difícil que la amistad se extendiera también más allá del ámbito deportivo.
"Vivíamos como a seis cuadras en el pueblo. Después de salir del colegio, siempre nos juntábamos a jugar en la calle al fútbol. En la primera división del equipo del pueblo alcanzamos a jugar algo juntos, fue un año aproximadamente. Casi todo ese campeonato fuimos titulares en el ataque", rememora Orlando en relación a la temporada 2008.
"Posteriormente, yo me fui a las divisiones inferiores de Huracán y Flavio comenzó a jugar en clubes cerca de ahí del pueblo, pero en divisiones mejores. No volvimos a jugar juntos nuevamente hasta volver a encontrarnos ahora en Antofagasta", agrega Orlando, quien debutó en la primera división argentina en Huracán, durante el 2009, con 20 años.
Los distintos caminos del fútbol ocasionaron que la dupla ofensiva del Conesa Football Club volviera a reunirse en Antofagasta, un lugar inimagible para los delanteros argentinos.
"Fue al azar que Flavio llegara a Antofagasta. A él le fue muy el año pasado en Argentina y tuvo la posibilidad venir para acá y al final se concretó. Fue una suerte que justo coincidimos acá. Antes, cuando volvíamos los dos al pueblo de vacaciones, nos veíamos siempre y ahora retomamos por supuesto el contacto acá", manifiesta Orlando.
"Cuando supe que podía venir, yo ya estaba acá, llamé a Flavio y la verdad es que nos pusimos muy contentos. La verdad es que empezó a jugar él y el equipo también remontó. Enseguida se encontró con goles y estamos muy cómodos jugando los dos en el ataque", añade el autor de cinco tantos en el torneo, revelando a continuación detalles de la vida en común en la capital de la Segunda Región.
"Nos juntamos y siempre estamos recordando anécdotas, a gente y amigos de allá del pueblo. Mantenemos contacto con la gente de Conesa, saben que estamos jugando juntos y están contentos por allá", indica finalmente Orlando.