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Figueroa

¿Dosificación?

¿Dosificación?
Andres Pina/Photosport

Mucho se ha hablado en los últimos días sobre dosificar los planteles de cara a los compromisos que tiene cada club en los diferentes torneos en los que participa. Nunca he entendido mucho esto de los “cambios obligados” para que el equipo “no se canse”.

Hoy en Europa un equipo de medianía de tabla juega, al menos, tres torneos al año y casi siempre son dos partidos por semana. Para qué decir en Inglaterra, que los planteles top, como el Manchester City que dirige Manuel Pellegrini, participa en cuatro campeonatos de manera simultánea y no se ven grandes variaciones en el equipo titular.

En Brasil, sin ir más lejos el torneo nacional es largo, con 38 fechas entre mayo y diciembre, antes van los campeonatos estaduales y las primeras fases de la Copa Brasil. A eso hay que sumar la Copa Libertadores en el primer semestre y la Copa Sudamericana en la segunda parte el año. Igual, no son muchos los cambios que se hacen en el equipo titular entre los partidos de cada equipo.

Para seguir en Brasil, allá se juega cada tres días con viajes de cinco horas en avión entremedio, cambiando de 10 grados de temperatura a 40 y de vuelta a 22, jugando a distintos horarios y con una exigencia tremenda. Cuando yo jugaba el torneo Brasileirao, eran casi 80 equipos los que participaban.

En Chile se juega uno de los torneos más cortos del mundo, con apenas 15 fechas y la preparación física es de buen nivel. Los profesionales saben mucho de cómo deben entrenar. Me parece que cuando uno juega fútbol de manera rentada, lo mínimo es poder rendir en la cancha cada tres días, independiente de las condiciones climáticas o de altura.

En fin, este tema ya no da para mucho más análisis. Esta semana es de Selección. La gran mayoría de los jugadores juega en Europa cada tres días. Hay un largo viaje a Chile para jugar y no veo que alguien se queje por estar cansado. Eso es lo que más me gusta de esta generación que tantas alegrías ya nos ha dado.