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Algo huele mal en la U

Actualizado a

Cuando la mala llega, llega completa. Y en la Universidad de Chile la mala llegó hace rato. Cuando se perdió el norte y los objetivos, cuando la dirigencia se dedicó a comprar a diestra y siniestra, cuando convertirse en un gigante sudamericano se transformó en una obsesión y no en un anhelo.

Se perdió la brújula en la U, cuando pasó a ser normal y lícito, que el futuro entrenador comenzara a armar su plantel con un DT aún en funciones. Que el asistente de la selección chilena de fútbol tuviera preparado su arribo al CDA cuando seguía en funciones en la Roja. Cuando daba lo mismo que despidiera miembros del cuerpo técnico vigente, semanas antes del cierre del campeonato.

Algo huele mal en la U. Porque el equipo juega mal. Mucho. Su entrenador ve partidos diferentes. Se declara conmovido con un empate sin goles. Acusa a la prensa de insistir en preguntar por algunos jugadores. Se molesta cuando se le consulta por el difícil momento en la tabla de posiciones.

Algo huele mal en la U, porque los rendimientos individuales de algunos jugadores son extremadamente bajos. Porque el entrenador, siempre histérico al costado de la cancha, no da pie con bola en algunas decisiones. Muchos cambios antes de los 20 minutos. Debut de un juvenil boliviano en pleno superclásico. Jugadores fuera de puesto. Terquedad con un esquema de juego que en trece fechas no ha funcionado, con la excepción de la goleada ante Ohiggins.

Algo huele mal en la U. Porque en el primer tiempo contra Wanderers le anotan dos goles en seis minutos. Y en el segundo tiempo le hacen tres tantos en poco más de diez. Así nadie puede ganar.

Algo huele mal en la U, porque en medio de esta mala campaña, un grupo de jugadores demuestran escaso compromiso. Huele mal porque realizan un cumpleaños en su rato libre, pero pronto esto se filtra y llega un grupo de barristas, devenidos en policía moral, para encararlos por hacer en su tiempo libre lo que les plazca.

Los aprietan por no mojar la camiseta, como les gusta decir.

Algo huele mal en la U, porque esto ocurre justo cuando el entrenador es cuestionado y la junta de accionistas pide un voto de censura a la mesa directiva.

Algo huele mal en la U, porque parece ser que los enemigos están adentro. Con intereses creados. ¿Quién gana con todo esto?

Algo huele mal en la U.