Edison Mafla es uno de los jugadores más pintorescos que haya llegado a Chile alguna vez. A mediados de 1998, tras expresa petición del técnico Roberto Hernández, el volante colombiano fichó por Universidad de Chile, donde permaneció por un año y medio, y no pasó desapercibido.
El "Guigo", como le apodaban en su país, llegó desde el Villarreal de España y pese a que tuvo buenos partidos, marcó cinco goles y levantó dos títulos (Copa Chile 1998 y Torneo Nacional 1999), nunca se ganó la confianza total de la hinchada.
Él, en todo caso, habla de su paso por los azules como uno de los grandes momentos de su carrera. "Guardo los mejores recuerdos, fue un periodo importante para mí. Dejé buenos amigos, siempre hablo con el Pollo Arancibia y con Pablo Galdames. Creo que dejé una linda imagen como persona y como jugador", comenta Mafla, quien actualmente trabaja como director técnico de niños en Cali.