"Feliz por mi debut en el Torneo de Clausura del fútbol venezolano", escribió Felipe Núñez en su cuenta de Facebook este domingo. El ex arquero de Huachipato y Palestino llevaba dos semanas en suelo llanero, entrenando como flamante refuerzo de La Guaira, y el sábado hizo su estreno en arco del cuadro naranja. Fue un empate 2-2 contra Mineros de Guayana, en Puerto Ordaz.
"Hace rato que quería venir a Caracas. Eran 16 años desde que no estaba acá. Andaba con ganas por un tema personal. Justo apareció está chance. Un club que es nuevo, pero tiene un respaldo fuerte de gente que es muy seria. Está entre los equipos que funcionan bien, así que no lo dudé mucho. En dos días tomé la decisión", cuenta a AS Chile Núñez, quien posee un vínculo muy profundo con Venezuela.
"Nací en Caracas, en el año 1979. Toda mi familia es chilena, pero mis papás se vinieron en la década de los 70 para acá. En mi infancia estuve yendo y viniendo hacia Chile. Me fui como al año de vida. Después, regresé a los cuatro y estuve hasta como los 12 años acá. Luego me fui a Chile en forma definitiva y solo venía de vacaciones para acá. La última vez que estuve fue en el año 1999, de vacaciones", revela.
-¿Ha tenido la posibilidad de encontrarse con gente conocida? -Sí, tengo amigos que nunca se fueron del país. Algunos habían nacido en Venezuela y otros se vinieron muy chicos desde Chile, pero sus papás nunca regresaron. Ya llevan más de 40 años acá. Ellos me han venido a visitar, pero no he tenido mucho tiempo para salir. El otro día nomás me di una vuelta por el colegio donde estudié y por otros lugares donde andaba cuando era chico.
-¿La vida está tan difícil en Caracas como se percibe desde el exterior? -Mira no te voy a mentir que esa es una realidad que existe, pero hay algunos lugares donde se agudiza más. Por suerte, no he tenido ese problema, pero claramente hay situaciones anómalas con el desabastecimiento, lo que le complica más el tema a la gente de pueblo.
-¿Eso no jugó en contra de su decisión de regresar a Venezuela? -No, no mucho. Conocía el país, pero ha cambiado mucho. Nunca he sido en ese sentido temeroso. Todo el mundo me advirtió de los peligros, de que (Caracas) es una de las ciudades más peligrosas del continente. Pero yo no soy de andar ostentando cosas y llevo más bien una vida austera. No me hago mayor problema. A pesar de todo lo que dijeron, igual tomé la decisión. Con los cuidados que corresponden, pero convencido de que venía a jugar fútbol y tratar de vivir una experiencia que hace rato quería.
-¿Qué tipo de equipo es La Guaira en el contexto del fútbol venezolano? -Es un equipo nuevo, que no tiene más de cinco años. Lo dirige gente muy futbolizada. De hecho, a cargo de la estructura de las divisiones menores está José María Bakero, ex capitán del Barcelona. Constantemente está viajando, viene dos o tres meses para acá. Cuando llegué tuve la chance de conversar dos o tres días con él en el hotel. Es una estructura bastante seria en relación a lo que es el fútbol venezolano. Es un proyecto bastante interesante. Creo que va a dar mucho que hablar y se va sustentar en el tiempo.
-¿Cómo han sido estas dos semanas en Caracas? -He pasado entrenando muy temprano en la mañana. Es para evitar el calor y la humedad, porque después se pone más pesado el ambiente. A la hora de entrenamiento, a las siete de la mañana, es más agradable. Es un horario bastante rico para entrenar. Todavía no me acostumbro mucho, porque me tengo que levantar a las cinco de la mañana. Para salir con tiempo y llegar bien al entrenamiento.
-¿Le gustaría quedarse a vivir en Venezuela? -Es una chance que no la descarto. Lo que pasa es que estando acá, me doy cuenta de que el club funciona bastante mejor de lo que pensaba. Funciona mejor que varios de los que he conocido allá (en Chile) de Primera División. Ellos saben que me falta un semestre para terminar el curso de técnico y se van abriendo posibilidades. Estoy súper contento. De hecho aquí se ríen, porque me dicen que debo ser el único que viene a Venezuela y está tan contento, mientras algunos se quieren ir.
-Es un caso un atípico el suyo, entonces... -Mira, me pasó algo súper raro. Yo ya llevo acá como dos semanas, pero hace un mes y medio y de antes también andaba con la sensación de volver a Venezuela, a Caracas. Le dije a mi señora que viniéramos, pero ella no estaba muy convencida por todo lo que se dice que está pasando acá. Quería recorrer los lugares de infancia en la ciudad. Me siento chileno, pero quería reencontrarme con el lugar donde nací. Parte de mi historia de vida está vinculada a Venezuela.
"En Chile solamente tuve chances de ir a Primera B" -¿Tuvo ofertas de clubes chilenos durante el receso?-Chances reales solo tuve de Primera B y los equipos de Primera estaban esperando que se les generara algún movimiento de arquero. Ya casi todos los equipos estaban conformados. El tema financiero de los equipos, no se veía muy auspicioso.
-¿Tuvo que marcharse entones?-Recibí esta buena propuesta y la tomo también para ganar experiencia sobre cómo está el fútbol venezolano. Y quién sabe si nos quedamos por acá y terminamos haciendo vida después por estos lados. Este club salió bicampeón de la Copa de Venezuela, pero no ha podido ganar el torneo nacional. Esto es uno de los desafíos y también la participación en la Copa Sudamericana.
-¿Seguía el fútbol venezolano? ¿Estaba al tenor de lo que pasaba?-Estaba al tanto más que todo por gente ligada al fútbol, que está acá en Venezuela, y es conocida mía. Así como un gran seguidor del fútbol de acá, no era.