Doblistas profesionales
La presencia de Julio Peralta y Hans Podlipnik en el cuadro de dobles de los Juegos Olímpicos de Rio ha sido la guinda de la torta para una seguidilla de buenas noticias. Quizás las buenas nuevas fueron eclipsadas por el escándalo de la Copa Davis en Iquique, algo que seguirá dando que hablar. Quizás si hubiesen hecho la conferencia de prensa programada, donde se habría podido preguntar, habría llegado el punto final que propuso con tono de exigencia el último párrafo del comunicado oficial de la Federación de Tenis. Al no haber opción de consulta, las dudas siguen en pie. La culpa no es solo del Estado por no proveer un estadio.
Julio Peralta logró una figuración gloriosa en una carrera que es digna de un guión de cine donde apostó por decisiones inteligentes. Con más de 30 años y un físico que se dañaba con facilidad en la arena de la alta competencia, optó por jugar dobles y la está rompiendo, cerquita de los 50 mejores del mundo.
Basta leer las columnas de Hans Podlipnik para comprender que es un tipo que mira más allá y que posee una capacidad de reflexión por sobre la media de los tenistas. A los 28 años decidió dedicarse exclusivamente al juego de parejas y darle una especialización exclusiva a su carrera.
Se podría decir que ambos son los primeros doblistas profesionales de nuestro país. Sí, aunque usted no lo crea, en los 43 años de desarrollo que lleva la Era Abierta del tenis (surge en 1973 con el ránking ATP), son los primeros doblistas profesionales, con dedicación exclusiva.
Sus antecesores jamás optaron por dedicarse de lleno al juego parejas y siempre le dejaron la ventana abierta a los singles. Belus Prajoux, finalista de Roland Garros (con Gildemeister) y campeón en Roma (con Pecci), fue un gran doblista, pero lo alternaba con individuales. Al igual que Patricio Cornejo, Álvaro Fillol y Ricardo Acuña.
¿Por qué? Por dos razones: los premios de singles son mucho mejores que los de dobles que, más encima, hay que dividirlos por dos. Y porque siempre existió el prejuicio de que los tenistas malos se dedicaban al doble. Esto último es tan absurdo como pensar que el arquero de fútbol juega al arco porque es el más malo para la pelota...
Echando afuera los prejuicios, dedicarse al doble puede ser el camino para la fama, gloria y fortuna. A los 38 años los Bryan tienen la vida asegurada. El zurdo Daniel Nestor sigue vigente a los 43 años y Nicolas Mahut, un singlista discreto, es el número uno del mundo en parejas gracias a su buen saque y excelente volea.
El doble requiere de menos herramientas que el singles para destacar. Pero no ahorra trabajo, preparación ni dedicación. En los últimos Masters de dobles siempre hubo presencia de brasileños. Sí, escuchó bien, brasileños, quienes han visto en esta modalidad una manera digna y beneficiosa de ganarse la vida.
Si Peralta y Podlipnik trabajan bien, con dedicación exclusiva, no es descabellado pensar en instancias finales de Grand Slam y Masters 1000, apariciones en el Masters de Londres y podios varias semanas al año. Juntos o por separado. Y, de paso, asegurarían el punto clave, el del desnivel, en las series de Copa Davis.
Es una inteligente decisión que puede ayudar a sumarle más éxitos a las ya gloriosas páginas del tenis chileno.