En silencio los equipos de Segunda División se preparan para el torneo que comenzará próximamente. Y en Naval de Talcahuano hubo una gran novedad: el experimentado goleador Mario Salgado se integró al cuadro chorero, luego de 10 meses alejado del fútbol tras un paso por Coquimbo Unido, en Primera B.
"Fue una decisión personal, porque di prioridad a temas familiares. En Coquimbo estaba súper bien, pero llegó un momento en que tuve que tomar una decisión para priorizar a la familia. Debí volver a la zona de Concepción y también alejarme un poco del fútbol. No era mi idea y no pude conseguir club acá en la zona. Tuve que quedarme sin club al final", explica Salgado a AS Chile, sobre su alejamiento momentáneo de la actividad competitiva.
-¿Cuál es su idea de reinsertarse en el fútbol en Naval? ¿Qué busca volviendo al club donde ya estuvo durante tres años? -Mira, es una serie diferente, más difícil. Pero ya estuve acá en Naval y no tengo ningún problema en volver. Estoy contento de retomar lo que me gusta hacer. Me siento bien, físicamente íntegro. El hecho de haber descansado me permitió recuperarme de algunas pequeñas dolencias y repuntar en lo físico. Quiero que todo marche bien y ser un aporte para el equipo, que es bastante joven. Como chorero e hincha de Naval, también aportar con algo más y pelear por el campeonato.
-Por lo visto, en estos 10 meses nunca perdió la idea de volver a la actividad. -Sí, aunque obviamente se complicó un poco más por la edad de uno (35 años) y por las campañas irregulares que venía cumpliendo, debido a lesiones y otro tipo de cosas. De repente cuesta recuperar la credibilidad, pero me siento bien y no tengo nada que demostrar. Es un compromiso personal, demostrarme a mí mismo que puedo jugar. Puedo andar bien y quiero retomar el nivel que toda la gente me conoce.
-¿Su propósito es demostrar que aún está plenamente activo? -Quiero mostrar que estoy vigente. El nivel del fútbol acá no es grande. No veo por qué, poniéndome bien físicamente, no hacer buenas campañas. Espero andar bien con Naval y poder subir. Y si no es así, hacer una buena campaña para volver a la categoría.
-¿Le gustaría seguir jugando un buen tiempo más? -Sí, puntualmente este tiempo de para me sirvió para sentirme mejor. Aún quedan algunos detalles que tienen que ver con aceitar el cuerpo. Estoy bien, nació mi hija y eso es una motivación extra. La verdad es que estoy con bastantes ganas. Tengo que ser sincero: unas ganas que no sentía hace muchos años. Había perdido un poco el entusiasmo que uno tiene de pequeño, de estar ahí día a día y querer ganar. Llegué a un momento que para mí era una rutina y eso creo que no estaba bien. Ahora volví a lo de antes y entonces me siento bien. No importa la edad, me siento más joven que nunca. Quiero proyectarme, jugar mi chance de proyectar mi nivel. Veremos hasta dónde puedo llegar.
-¿Que le decía la familia en es etapa "sabática"? -Sí, en mi familia me lo recalcaban siempre. Me decían que no era el momento de flaquear, independiente de algunas lesiones. A veces retomaba el ritmo y volvía a recaer. Ellos me decían que no bajara los brazos, que creían en mis condiciones. Eso es muy importante, pero más valedero es lo que sienta uno. Eso es primordial y esta vez logré sincerarme conmigo mismo. Quiero andar bien y rendir. Por qué no terminar mi carrera como la empecé, de buena forma.
-¿Se pone plazos a futuro para el retiro o va a ir fijándolos en la medida que transcurra el tiempo? -No, prefiero no ponerme plazos. También tuve ofertas desde Italia y no las acepté. Todavía no estoy en condiciones de adaptarme a un campeonato más competitivo. Acá tengo la fortuna de que el técnico (Óscar Correa) me va a dar un poco más tiempo para retomar bien la parte futbolística. Corro con esa ventaja. A lo mejor si iba a Italia, me iban a exigir de otra forma. No me sentía capacitado para tomar ese tipo de ofertas.
-Usted estuvo una década en Europa, entre Italia y Austria, ¿no descarta la posibilidad de volver entonces? -No, es una chance. Fue una de las cosas que dejé dicha cuando llegaron las ofertas. Si me ponía bien, yo mismo iba a agarrar el teléfono para avisarles que ya estaba en condiciones para ir para allá.