El domingo pasado fue un día especial para Miguel Aceval. El zaguero volvió a la titularidad en Temuco, luego de cinco meses, en el triunfo por 2-0 ante San Luis, en el Estadio Germán Becker. Durante el receso había sufrido un percance médico que lo tuvo lejos de la actividad desde el 24 de abril pasado. Entonces, actuó contra Santiago Morning, en el torneo de Primera B, ad portas del ascenso al fútbol de honor.
"Tuve una reacción alérgica al ácido hialurónico. Me infiltré en Santiago y, a los dos días, tenía la rodilla izquierda inflamada. Me tuvieron que aspirar, sacar líquido. Estuve como dos meses así. Siempre me pincho todos los años, empezando los campeonatos, para no tener problemas después. Al final, es como una especie de lubricante para la rodilla. Tuve la mala suerte de hacer una reacción alérgica", cuenta Aceval a AS Chile.
-Fueron hartos meses sin jugar competitivamente. -Si contabilizamos el último partido que jugué, fueron cinco meses. Fue una etapa dura. Al principio tuvimos las vacaciones, volví e hice la pretemporada. Entonces, me pinché la rodilla para no tener problemas, porque igual me había hecho una resonancia y no tenía nada. Pero uno nunca piensa que pueden pasar esas cosas. Fue una lata por cómo se dio. Si hubiese sido todo por una lesión, habría sido distinto.
-¿Corrió algún riesgo de que lo tuvieran que operar de la rodilla? -No, afortunadamente no. Fue solo tratamiento kinésico lo que hicimos. Volví contra Cobresal y me sentí bien, a pesar de llevar tanto tiempo afuera. Es difícil volver así y es obvio que me sentí un poco incómodo por todo el tiempo, pero me fui acomodando en el transcurso de los minutos.
-Ahora tendrá que pensarlo dos veces antes de volver a infiltrarse. -Sí, obviamente. Si uno supiera que la va a pasar algo, obviamente que no lo haría. Al final, estas cosas y quizás a más de algún le habrá pasado. Tuve compañeros en Colo Colo a quienes les pasó. También no fui el primero. Pero ya estoy integrado al grupo y me he ido poniendo bien físicamente y obviamente con el balón, que es lo importante.
-La mala suerte fue que justo le tocó a usted. -Estuve hablando con Roberto Yáñez (médico de Colo Colo) y me decía que justo me tocó a mí nomás. Tuve que esperar hasta sentirme bien y recuperarme al cien por ciento. Sigo con tratamiento kinésico todos los días. Entreno por las mañanas, realizando fortalecimiento. Por las tardes, trabajo con el kinesiólogo. Esa es mi rutina todos los días.
-Fue muy complicado estar tanto tiempo con la rodilla inflamada. -Sí, estuve parado y no podía hacer nada. Cuando fue pasando un poco, después de las aspiraciones que me hicieron para sacar el líquido, me fui sintiendo mejor. Ahí estuve en Santiago trabajando con (el kinesiólogo) Pedro Oñate y eso me ayudó bastante también. Pero acá (en Temuco), con Javier Almazán (kinesiólogo de Temuco) y todo, se han portado muy bien. Nada qué decir.
-¿Las molestias incluso lo incomodaron en la vida cotidiana? -O sea, obviamente que no podía caminar mucho, porque tampoco tenía la flexión completa. Como tuve mucho líquido, la rodilla me quedó un poco flectada y me molestaba. Era mucho el dolor, no podía hacer casi nada.
-Ya pasó lo peor, ¿ahora ya está con la mente puesta en jugar con Temuco en Primera división después hartos años en categorías inferiores? -Sí, obviamente era lo que yo quería. Sé que puedo dar mucho más. Ahora estoy recién volviendo, este fue mi primer partido, lo hice bastante bien para no venir jugando. Lo bueno es que se ganó y eso era lo realmente importante.
-¿Después de los entrenamientos y los partidos realiza algún cuidado especial en la rodilla? -Sí, lo hago siempre. Me aplico hielo, pero también empiezo a entrenar antes con un profe, Joaquín Déramo, quien es el que me ayuda a hacer fortalecimiento y todo. Después, me meto con el grupo. Eso lo vengo haciendo hace varias semanas para ir sintiéndome bien y no tener problemas.