¿Cuándo y por qué empezó la polémica entre Pep y Touré?
El marfileño llegó al Barcelona en el año 2007 y se marchó en 2010 tras la segunda temporada de Guardiola.
La guerra abierta entre Pep Guardiola y Yaya Touré tiene su origen principalmente en la segunda temporada del técnico en el Barcelona, que conllevó el segundo título de Liga con el técnico y el adiós del marfileño al acabar la temporada.
El volante fue clave en el año del sextete, primero de Guardiola, donde disputó 43 partidos, 39 de titular y anotó tres goles en la final de Copa del Rey ante Athletic.
La irrupción de Busquets en el primer equipo provocó que Guardiola le viese como el jugador ideal para ocupar la zona de volantes por delante de la defensa, por su habilidad para robar el balón y distribuir el juego desde atrás. La llegada del canterano desplazó en algunos partidos a Touré a la defensa, donde jugó como central en la final de Copa del Rey y en la final de Champions League por la baja de Dani Alves, que trasladó a Puyol más cerca del carril derecho.
La siguiente campaña, Guardiola volvió a contar con Busquets y Touré para el centro del campo. El español participó en 52 partidos y Touré en 37. Al finalizar el curso Dimitri Seluk, agente del jugador, se reunió con el Manchester City por la falta de trascendencia y oportunidades del jugador y el traspaso entre los clubes se cerraría finalmente en 30 millones de euros.
Pese a que Touré estuvo de acuerdo con la venta, siempre comentó que sentía al Barcelona muy dentro y que no cerraba las puertas a un regreso en el futuro. También se mostró reacio a poder llegar en algún momento al Real Madrid, ya que "llevo al Barcelona en el corazón". Sin embargo, el marfileño señaló que la poca relación personal con el técnico le hacía sentirse poco valorado y decidía hacer las maletas con destino a la Premier League, al equipo donde jugaba su hermano Kolo.
Para Touré, "cada vez que le preguntaba algo a Guardiola me respondía cosas extrañas. Prácticamente me ignoró hasta que entró la oferta del City, por eso decidí irme. Apenas hablé con Guardiola en todo el año. Si él hubiese hablado conmigo, me hubiese quedado. Quería terminar mi carrera en Barcelona. No quería irme". También tuvo palabra sobre su competencia con Busquets, que en muchos casos le desplazaban de la posición donde siembre había jugado en el Barcelona: "Él tiene una gran calidad, pero yo lo que necesito es jugar partidos y no sentarme en el banquillo. Lo gané todo y necesito nuevos desafíos".
Sin embargo la visión de Guardiola era muy diferente, ya que según explicó, "las puertas de mi despacho siempre estuvieron abiertas. La realidad es que él pidió a Laporta irse, y eso que le intenté convencer. Si nos cruzamos con el City en Champions ya hablaré con él".